El territorio del Catacumbo está situado en el noreste del departamento del Norte de Santander en Colombia. Se trata de un área especialmente castigada por el conflicto armado. Ahora, en retorno para la paz. Pues bien, a pesar de todo, y de ahí, lo que señalan las organizaciones de Derechos Humanos, se van a seguir produciendo, si no se monotoriza correctamente, atisbos de violencia; especialmente, de paramilitares que se resisten, por múltiples circunstancias, a ese proceso de pacificación. De hecho, un reciente informe de la Corporación del Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez, confirma la existencia en este territorio -Norte de Santander-, de presencia paramilitar. El pasado 9 de febrero en el lugar Km 40 vía la Gabarra en Tíbu, muy cerca de la base militar del Ejército Nacional-, según denuncian, detectaron la presencia de alrededor quince hombres armados y uniformados quienes se identificaron como integrantes de un grupo paramilitar.

Y esta toma de posesión y posición la hicieron, según denunció este colectivo,- algunas colegas de profesión, conocidas en mi colaboración dentro de la V Caravana Internacional de Juristas por la Paz en Colombia-, intimidando a los campesinos de la zona, y conminándolos a abandonar sus tierras. Reiterando, métodos del pasado, en relación al hecho de provocar desplazamientos en ese lugar; especialmente castigado por estos grupos, y la propia guerrilla. Este colectivo insiste en la necesidad de identificar por parte de las autoridades estos hechos, como parte del proceso de paz y de convicción en el mismo, como respuesta de apoyo a las poblaciones desprotegidas, frente a los resortes económicos y armamentísticos de estos grupos paramilitares. Teniendo en cuenta que, en base al acuerdo de Paz, se ha producido una concentración importante de guerrilleros y guerrilleras en la zona ubicada en Caño Indio-Tibú.

Es importante, y así lo ponen de manifiesto los colectivos por los derechos humanos que se prevea una comisión de verificación en éste área, que permita documentar y verificar estos hechos. Para que las comunidades de campesinos e indígenas afectos a esta situación puedan llevar a cabo denuncias y dar conocimiento a los observadores internacionales, en este conflicto.

Teniendo en cuenta la situación siempre precaria de la zona circunscrita, en el que este colectivo de abogados viene llevando a cabo una labor de denuncia, ante la persistencia de violencia, por medios de estos grupos paramilitares. Que se resisten a abandonar su estrategia del miedo, frente a las poblaciones rurales de la zona.

Hay que recordar que el Catatumbo es una zona clave de negociación, y uno de los lugares donde se han cometido mayor atrocidad de hechos violentos. Los datos hablan de más de diez mil personas asesinadas, miles de desaparecidos, cientos de torturados/as y desplazados/as.

Estas organizaciones, que están teniendo un trabajo excepcional en la verificación de esa pacificación, tratan de señalar con estas denuncias la importancia de monotorizar, a nivel internacional, estas acciones de violencia, para erradicar grupos paramilitares de asentamiento en este territorio. Y dando conocimiento de la incertidumbre de un proceso de paz, que ha de estar en constante proceso de verificación.

Por ello, es importante, que, desde la comunidad internacional apoyemos este proceso de pacificación, y se haga, desde la más profunda convicción de la defensa y protección de los derechos humanos; dando todo la ayuda precisa a las organizaciones de Derechos Humanos, que están comprometidas en la defensa de las poblaciones más vulnerables.

Porque la paz no es tanto un ejercicio de voluntarismo, como un proceso de justicia, respeto y compromiso con la verdad y los derechos humanos. Y, sin duda, la ausencia de violencia es la mejor garantía de apoyo de países y organizaciones internacionales, que apuestan por esa paz duradera del gran país que es Colombia.