Periodista

La negra sombra del fuel es la santa compaña, agorera y fantasmal, de Fraga. Se fió del diagnóstico de Arias Cañete, cogió su fusil y se fue de cacería. La afición cinegética le viene de lejos. Las cacerías del Caudillo daban prestigio y poder. El primer contratiempo que le acarreó esa actividad tuvo lugar cuando ejecutó a un eurogallo, especie protegida, en los montes de Lugo. El episodio más glorioso se produjo al descargar una perdigonada sobre el trasero no menos glorioso de la hija única del Caudillo. ¡Tierra trágame! Se jugó la carrera política. La ley Fraga abrió una brecha de libertad en el búnker de la dictadura, aunque tuvo la habilidad de convertir el artículo segundo en un cazaperiodistas rojo-masónicos. Siempre le gustó abatir animales en libertad.