WLw a suspensión, por temor a represalias islamistas, de la ópera Idomeneo, de Mozart, en Berlín, ha suscitado protestas en diversos sectores de Alemania por lo que representa de cesión ante quienes no entienden valores occidentales tan arraigados como la libertad de expresión. Pero hay que decir que la responsabilidad de esta autocensura injustificable atañe a la directora de la Deutsche Oper de Berlín, Kristin Harms, que ha tomado la decisión con la opinión en contra del director del montaje, Klaus Neuenfels, que no fue ni consultado. Según la policía, ni siquiera hay amenazas concretas contra el teatro, como afirma la directora, que justifica la prohibición en la necesidad de preservar la seguridad de trabajadores y espectadores. El problema, si lo hay, reside en que la versión que ha hecho Neuenfels de Idomeneo termina con una escena en la que el rey de Creta corta la cabeza a Jesús, Buda y Mahoma. La decapitación del profeta, según la directora del teatro, podía hacer que los musulmanes se sintieran heridos. Pero la obra se representó entre diciembre del 2003 ymayo del 2004 sin incidentes. Tanto la cancillera Merkel como el ministro federal del Interior y el de Cultura han criticado la suspensión, mientras que la comunidad musulmana está dividida. El ministro de Cultura ha defendido la libertad de expresión y ha dicho que ±el arte y los medios tienen que resaltar las contradicciones de la sociedadO. Más contundente aún, ha sido el presidente de la comunidad turca: ±Es una vergüenza. Los musulmanes tienen que aceptar ciertas cosas o volveremos a la Edad MediaO. No se puede decir más claro.