El referendo que ha decidido la continuidad de Hugo Chávez al frente de Venezuela ha aportado dos resultados significativos: una participación sin precedentes y la prueba de que los partidarios de que el peculiar presidente mantuviera el cargo ganado en las urnas hasta el 2007 son bastantes más que los opositores.

El populismo de Chávez es discutible, pero los holgados resultados del referendo demuestran que la mayoría de los venezolanos confían aún menos en la oposición que intentaba derrocar por las urnas al presidente. Si Chávez tiene antecedentes golpistas, una parte de sus opositores también estuvieron implicados en el golpe que apartó durante dos días del poder al mandatario hace poco más de dos años. Y lo cierto es que Chávez ha vencido ya con ésta en ocho consultas electorales. Los observadores independientes avalaron ayer los resultados, por lo que las denuncias de fraude hechas por la oposición son poco creíbles. Una oposición que representa las viejas ideologías --democristianos y socialdemócratas-- que llevaron al país a la crisis social y política, y que haría bien en abandonar sus obsesiones y empezar a hacer política si de verdad quiere convertirse un día en alternativa a Chávez.