Una chica morenita y natural masca chicle en el bus mientras una voz en off declara: «Nunca creíste en cuentos de hadas, príncipes azules y finales felices comiendo perdices, pero sí para estar lista cuando él apareciera…» --entonces hace su entrada un apuesto muchacho que se le sienta al lado--. «Prepárate para brillar»-

Fin de la cita. No hay escotes, ni senos protuberantes, ni culos al aire, ni minifaldas. Y créanlo o no, el anuncio no es de perfume ni de rímmel u otro producto cosmético cuyo solo uso garantiza brillo sexual para el que una tiene que estar preparada, sino de chicles Orbit. Pero eso tal vez es lo de menos.

Lo de más es que semejante spot se emita y que pase desapercibida su maldad intrínseca, que transforma el tan denunciado machismo etéreo de los cuentos de hadas en un machismo tangible construido con lo cotidiano. Porque las historias de los cuentos de hadas, por pertenecer a la ficción, se sienten como lejanas. Son eso, cuentos. Que no ocurren en la realidad. Pueden hacer soñar, pero las jóvenes tienen mecanismos para protegerse de ellos. Precisamente porque los procesan como falsos. Mas contra la publicidad que de modo sutil las engaña sugiriendo que ellas son modernas e independientes pero afirmando a renglón seguido que su vida toda consistiría en estar lista, mascando chicle, claro, para el momento culminante en que aparezca el macizo adecuado, están indefensas.

En estos momentos en que tenemos que celebrar el pacto de estado contra la violencia de género, entre las doscientas medidas previstas, en el apartado de medios y deportes, sea bienvenida la que se refiere a desarrollar un sistema de corregulación que ponga en marcha un código de publicidad no sexista.

Tarde llega, desde luego. Pero cuando lo haga, por favor que la corregulación, palabreja ambigua donde las haya, sea efectiva y se traduzca, entre otras cosas, en no permitir reclamos como este lamentable que transforma las perdices del cuento en un chicle sin azúcar. Mucho más pernicioso que una utilización más abierta y descarada de la desigualdad.