Una ministra no puede llegar tarde a un debate en el Congreso donde se discute su reprobación presentada por un grupo amigo . Una ministra no debe, además, saludar a la oposición desde el centro del hemiciclo mientras le abuchean por llegar con veinte minutos de retraso. No es serio que una ministra se dedique a jugar con el móvil mientras desde la tribuna se desgranan los argumentos contra su gestión en las obras del AVE de Barcelona. Quien actúa de esa forma lo está haciendo con chulería. Y eso es lo que hizo ayer Magdalena Alvarez .

El aplauso de sus compañeros de partido, ante el resultado de la votación, resultó también extemporáneo, teniendo en cuenta que la responsable de Fomento se libró por los pelos de ser el primer ministro reprobado de la democracia. Y que, la votación, se saldó a favor con el apoyo de dos tránsfugas, uno del PP y otro de Nueva Canarias. No es como para saludar al tendido; más bien es como para salir por la puerta de atrás y con la cabeza gacha.

Pero, precisamente, lo que pierde a Alvarez es su arrogancia. Esa peculiar incapacidad para reconocer un error que le ha colocado en el honroso puesto de la ministra peor valorada del Gobierno. Su colega del banco azul , Carme Chacón , que aspira a revalidar su acta de diputada en Cataluña, se desmarcó con prudencia de los elogios y reconoció que se habían cometido errores y que si la dimisión solucionara algo sería la primera en pedirla.

No sirve de nada expresar disculpas a la ciudadanía, porque se van a incumplir los plazos de llegada del AVE a Barcelona y, encima, llevan meses sufriendo el caos de cercanías, si se ningunea en el hemiciclo a sus representantes políticos. Llegar tarde al debate de la reprobación e intentar hacer una entrada triunfal es escenificar desprecio hacia la labor de la oposición. Las razones de Zapatero , para no cesar a la ministra de Fomento, con el argumento de que a cuatro meses de las elecciones llevaría a perder votos en Málaga, no se sostienen ante la prepotencia de la afectada.

Mientras esto ocurría en el Congreso, en Barcelona grúas, tuneladoras y operarios se afanaban por dejar en uso la línea de cercanías inutilizada desde hace más de un mes. Su vuelta al servicio va a coincidir con la manifestación por el desastre de las infraestructuras el próximo sábado. Puede ser un baremo para medir si Alvarez suma o resta votos al PSOE.