Me atrevería a decir que lo que empezó de cine para alcanzar un pacto educativo se está convirtiendo en la aciaga entrega de los Oscar para La, La Land.

Ya podemos subirnos a escenarios en subcomisiones para pactos con buenas voluntades que no podremos engañar al patio de butacas mientras entre bambalinas sigamos jugando con la educación y con los docentes.

Apenas llevábamos dos días desde que comenzaron las comparecencias para alcanzar un pacto educativo, cuando comprobamos, que la Educación y sus docentes, estaban siendo usados como presión para facilitar un acuerdo de presupuestos.

A partir del anuncio del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas (que no es absolutamente cierto) de que sin presupuestos generales no habría oposiciones, el secretario de Estado de Educación volvía a la carga con un si hubiera presupuestos, permitiría hasta 150.000 puestos en tres años. No contentos con esto, hace unos días, otra vez el Ministro de Administraciones advertía que siempre y cuando haya presupuestos habría que convertir en funcionarios a los interinos por la alta interinidad reinante, lo que no ha dicho es cómo.

El último, el Ministro de Educación, que asegura que se está buscando mecanismos para que las comunidadesa autónomas puedan convocar oposiciones, eso sí, si hay presupuestos, aunque para muchas comunidades autónomas estén fuera de plazos.

En definitiva, los presupuestos son la panacea, con ellos vendría la primavera docente con puestos de trabajo para todos y sin ellos, el invierno y el hambre.

En verdad todo es una película de cine político, con directores del estilo de Coppola (El padrino) y Orson Wells (Ciudadano Kane), por un lado y por el otro, Elia Kazan (La ley del silencio) y Amenábar (Los otros).

Un real decreto habilitaría, con o sin acuerdo de nuevos presupuestos, poder fijar la tasa de reposición anual y con ello celebrar oposiciones y bajar el 28% de interinidad. Del mismo modo, se podría derogar las medidas de recortes que por ejemplo suben de 18 a 20 las horas lectivas y, por otro lado, no se puede exigir derogaciones, fin de recortes, selectividades o pactos cuando te estás reuniendo precisamente para eso, pues todas están en trámite. Que no nos cuenten películas.