El nuevo Gobierno ha eliminado la Ley de Educación, la obligatoriedad de la asignatura de Religión y que ésta no tenga valor académico. Si bien no se puede forzar a nadie a que se le imparta de manera obligatoria, tampoco se puede discriminar a quien la quiera cursar en un instituto o colegio. Además de las diferentes asignaturas impartidas, si alguien quiere conocer y realizar el sobreesfuerzo, no se les puede apartar, no reconociéndoles este esfuerzo académico, de esta manera. En realidad lo que se va a premiar es la pobreza de cultura, el desconocimiento de la realidad social que nos rodea y la incapacidad de juzgar y conocer las distintas religiones. ¿No sería mejor impartir una asignatura de la historia de las religiones? Creo que debemos tratar de enriquecernos y crecer ideológica y culturalmente. BERNABE GUTIERREZ. Cáceres