Al director de la sucursal de Liberbank en Garrovilla de Alconétar:

Hace ya varios años que intenté, infructuosamente, llegar a un acuerdo con usted en relación con la nulidad de la denominada cláusula suelo de mi hipoteca.

La actitud y respuestas que por su parte obtuve, en muchos casos, rozaron el mal gusto y la mala educación, quizás dado por la deshumanización que se ha vivido en los últimos años en el sector bancario y la política de acoso y derribo ninguneando al cliente.

En resumen, a la caja, como antes se les conocía, le ha supuesto un desembolso aproximado de 14.000 euros, un procedimiento judicial que se podría haber evitado con un acuerdo particular de 7.000 euros.

Entiendo que es fácil disparar con «pólvora del rey» y que, los años en los que, presuntamente, han estado estafando, apropiándose del dinero de miles de clientes, muchos de ellos cuasi analfabetos (caso de familiares míos directos,) ahora les permite, presuntamente, alargar infinitamente trámites judiciales, que suponen un costo de más del doble.

Les deseo, francamente, que el futuro les sea a todos ustedes tan incierto como nos ha sido a miles de clientes, por sus prácticas abusivas, oscurantistas e ilegales (y esto no lo digo yo, lo dice la Audiencia Provincial de Cáceres en sentencias como la mía).