El próximo miércoles 9 de mayo, a las 20 h., se presentará en el Ateneo de Cáceres (c/ General Ezponda, 9), la novela El clavero don Alonso, de Gregorio Francisco González. He de confesar que la novela histórica nunca ha sido género de mi devoción, pues prefiero que la literatura se ocupe de los problemas actuales y, para el pasado, leer libros de historia. Pero hay excepciones: Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, o Bomarzo, de Manuel Mujica Láinez, son obras maestras. La novela de Gregorio Francisco vuelve a contradecirme y me atrajo desde el principio, tanto por estar ambientada en la Extremadura medieval, como por lo fluido de su prosa y la tensión del argumento. Asistimos a la aventura de Don Alonso de Monroy, caballero de la orden de Alcántara, acusado injustamente de intentar asesinar al cuñado del maestre de la orden. La historia, basada en hechos rigurosamente históricos, narrada años después por su fiel servidor, el morisco converso Rui de Granada (único personaje ficticio), es vibrante y no deja un momento de tregua, dándonos una vivísima imagen de nuestra región en el siglo XV. Hay escenas memorables como las del juego de cañas en Cáceres, leyendas como la del Castillo de Azagala y terroríficas durante los sangrientos asedios de Coria y Alcántara.

En todo se nota que la novela ha sido escrita por un historiador (y no por un literato que se documenta a toda prisa) con un dominio perfecto de la época. En efecto, Gregorio Francisco, nacido en Cáceres (aunque originario de Santibáñez el Alto), actualmente arqueólogo en la Dirección de bibliotecas, museos y patrimonio cultural de la Junta de Extremadura, es de esas personas que sienten verdadera pasión por la historia, en su caso no solo por la de los libros, sino la pegada al terreno. Nada más terminar su licenciatura en Historia por la Universidad de Extremadura, Gregorio Francisco no se dedicó a opositar, sino a participar en excavaciones, tanto en el norte de Cáceres (es uno de los mayores especialistas en lagares rupestres) como en lugares míticos para cualquier arqueólogo, como Alesia, donde tuvo lugar la batalla decisiva entre los galos de Vercingétorix y las legiones de Julio César, o Tebas, la capital del Imperio Medio en Egipto. Sin temor al calor, los costes o la inestabilidad política, aprovechaba los veranos para marchar a las excavaciones en el país de los faraones. Desde hace varios años, asentado en su tierra, ha tenido ocasión de recorrer cada kilómetro de yacimientos arqueológicos en nuestra región, pero no era fácil transferir ese conocimiento a una historia amena para cualquier lector.

En su lucha por recuperar su posición, el clavero Don Alonso recorrerá nuestra geografía, de Trevejo a Montánchez, Alburquerque, Belvís de Monroy, Magacela, Cáceres o, sobre todo, Coria. Más allá de la acción, resulta fascinante la psicología del tortuoso Don Alonso, su relación con su ilegítimo hijo Francisco, o el contrapunto con el humanísimo Rui.

Esta primera novela de Gregorio Francisco, publicada en la pequeña editorial cacereña Cuatro Hojas, merecería (si algún productor extremeño recogiera el guante) una adaptación cinematográfica. Los hechos que cuenta y algunos de sus protagonistas (Enrique IV, Pacheco) coinciden en buena parte con los de la exitosa serie Isabel. De momento, a ningún lector cacereño dejará indiferente.