Badajoz ha venido cambiando mucho en los últimos años. Pero asimilar el crecimiento urbano con la capacidad de bienestar no parece que pueda seguirse manteniendo, ya que la crisis en los movimientos sociales ha dado lugar a nuevas formas de colectivos fragmentados y dispersos, donde prima la confianza interna de grupo sobre la coordinación con otros. La calidad de vida que se plantea desde el ecologismo, la mayor presencia de la mujer, los movimientos de solidaridad, etcétera, tiene mucho que ver con la implicación de sus miembros en los cambios de los estilos de vida y no sólo con sus reivindicaciones.

En lo que se refiere al logro de la mayor eficiencia posible en la producción o en el cambio en los estilos de vida, sus causas son complejas. Y las administraciones públicas, especialmente en la gestión de la ciudad, todavía no parece que se hayan tomado en serio estos asuntos. Para los políticos, las votaciones cada cuatro años están muy marcadas por los resultados. Y en el caso de los funcionarios o los técnicos les preocupan los sistemas de promoción interna, hallándose en ambos grupos casos muy poco relacionados con la satisfacción de los usuarios y sus asociaciones ciudadanas.

En Badajoz es absolutamente necesario combinar lo que se hace en cada barrio con lo que se desarrolla en el conjunto de la ciudad. Porque no pueden atenderse las zonas escaparate mientras se ocultan espacios muy degradados. El planeamiento extensivo genera distritos que favorecen la polarización de la estructura socio-económica, en algunos casos generando sentimientos de inseguridad ciudadana. Y, fruto de esto podemos acabar volviendo a una especie de Edad Media . De un lado, urbanizaciones exclusivas por los sistemas de edificaciones, los sistemas privados de vigilancia y redes de comunicación. De otra parte, los menos poderosos creando en sus barrios unas formas de defensa propia que impiden, incluso, la presencia de la policía. Son como varias zonas confrontadas unas frente a otras. Y nuestra ciudad acaba sufriendo la especulación de unos y la violencia de otros, siendo nuestra responsabilidad como políticos evitar que se convierta en un campo de batalla donde la gente camine con miedo, sobre todo a ciertas horas.

En algunas barriadas se están intentando aplicar planes estratégicos. No deberían quedarse sólo en iniciativas destinadas a conseguir la intervención institucional a través de capital europeo o generar slogans con realizaciones de obras o actividades que, al final, solo refuerzan el liderazgo del alcalde. Estos planes estratégicos integrales deben contemplar la acción de elementos de participación, desde el principio y desde la base social. Hay que entenderlos como planes comunitarios o integrales de barrio; de lo que se puede hacer desde la base. Aunque no se debe aceptar todo lo propuesto desde los sectores populares, porque también se suelen equivocar (tanto en asambleas como en elecciones), insistiendo más en procesos de debate, auto-educativos y de investigación participante que en mecanismos de organigramas y reglamentos.

XLA CONSTRUCCIONx de la ciudad debe sustentarse en sujetos capaces de hacerla. Sujetos que se manifiestan en nuevas prácticas tanto a escala local como global. Y lo que pasa es que, al ser minoritarios, hay que estar muy atentos para descubrir su capacidad de emergencia. No se trata de constituir un sujeto colectivo en oposición a la economía y la política, sino que otros valores socio-culturales tomen primacía sobre los valores tradicionales del beneficio económico y el éxito en las campañas electorales. De tal forma que desde estos viejos/nuevos valores se puedan condicionar tanto los votos como los consumos. Al final es un problema de quién lleva la iniciativa y cómo conseguir que alguna parte de lo político-electoral o de lo productivo-local se sume a proyectos de este tipo.

Estamos al final del proceso que llevará a aprobar la revisión del Plan General Municipal de Badajoz. Una de sus mayores sombras es la apuesta por un fuerte crecimiento urbano, un hecho este que parece ser, tanto para sus redactores como para el equipo de gobierno una excelente oportunidad para resolver los problemas de la ciudad minimizando los efectos negativos, entre ellos el incremento de la congestión y otros impactos ambientales sobre la ciudad.

Por todo ello nuestro grupo municipal quiere resaltar que el logro de una mejor ciudad de Badajoz mejor pasa por conseguir que se reconozca el medioambiente como un bien de disfrute en conjunto por todos los ciudadanos y, en consecuencia, que el interés colectivo debe prevalecer sobre el individual; que todos los ciudadanos tengan tanto el derecho como el deber a informar y disponer de la información en materia ambiental; que todos los ciudadanos, al formar parte de un mismo sistema ambiental urbano, deben participar y contribuir en la resolución de los problemas que surjan en el mismo; que todos los ciudadanos tienen derecho a disfrutar de un ambiente digno y el deber de conservarlo, siempre en igualdad de condiciones; que se asuma con normalidad que los problemas ambientales urbanos, aún teniendo un origen puntual, afectan al conjunto de bienes de la ciudadanía, siendo necesario conjugar los aspectos individuales y colectivos. Y que tanto los ciudadanos como los poderes públicos tienen no sólo la obligación sino también el derecho de asumir el papel de actores en los problemas ambientales, así como las tareas de proteger y mejorar el entorno para las generaciones presentes y futuras.

*Concejal socialista