TLtos extremeños no ahorramos porque nos lo gastamos todo en comer, según la estadística. Somos unos primarios que estamos quitándonos ahora la hambruna histórica.

Las autonomías ricas ahorran y se gastan el dinero en arte, viajar o veranear tres o cuatro meses al año y en bienes de equipo, mientras nosotros estamos en un compensatorio proceso histórico de llenar la andorga, que nos conduce a una escuálida cuenta bancaria y al último lugar en la cola del progreso ¿Y qué hacemos? ¿Cómo arreglamos lo nuestro con la estadística? Antes, por no comer éramos los últimos, ahora por comer, también.

Habrá que echarle una mano al señor Ibarra, muy ocupado en la política nacional, sugiriéndole soluciones: debería instalar comedores para los funcionarios de modo que puedan ahorrar la nómina; pagarles vacaciones invernales, otoñales y primaverales y subvencionar todo tipo de bienes de equipo, como teléfonos, televisiones, coches y móviles; y más que nada, apostar, en la puerta de los supermercados, un cuerpo de agentes que multen a todo ciudadano que salga con los carros hasta la bandera.

También pudiera probar, para evitar tanto embrollo, a adecentar los sueldos de los funcionarios y lograr así lo imposible: comer y ahorrar. Tal vez podríamos evitar estar siempre en la cola.

*Licenciado en Filología