Entré en el café y Eliécer, tras un fuerte apretón de manos, me dijo muy entristecido "¿Amigo, se enteró de la noticia de la Madrila?" "¡Sí! ¡Hay que ver, ir a divertirse o pasar un rato en paz, con una pistola!" Diego apesadumbrado me dijo "¿No sabe, mi amigo, que quien lo hizo se dice que es colombiano?" "¡No j... ! ¡Dios mío lo que os hacía falta!", contesté a mis afligidos amigos. Y efectivamente, en aquel periódico extremeño se podía leer, bien resaltado con letra negrita: Colombiano . Y abundando continuaba: "...se asegura que es de origen colombiano... por el acento... es rubio teñido pero... pelo de color negro... fue detenido...", etcétera. E injustamente, en toda Extremadura, estuvo de boca en boca la palabra colombiano por la falsa información. Yo me pregunto por qué en unos casos se respeta la presunción escribiendo sólo iniciales y la ligereza en este caso de culpabilizar a un pueblo. Hace dos años apareció algo parecido en otro medio extremeño... ¡Y precisamente en Extremadura!: La región más pobre de España, (quizás, porque su gente más valiosa y emprendedora emigraron a Alemania, Francia, Bélgica... Y emigraron y emigran hoy a Madrid, Valencia, Cataluña, Asturias, Vascongadas...). ¡Que diferencia de trato con los extranjeros! Si es anglosajón, germano o nórdico, como paletos, ponemos ojos como platos y boquiabiertos les expresamos un respeto imponente porque es más alto, más fuerte, más rubio y más blanco --aunque sea un patán--, y si sus costumbres no las entendemos, las justificamos --aunque no las compartamos-- simplemente porque tampoco entendemos su idioma... en cambio si es más moreno, más bajo y con pelo azabache nos ensoberbecemos... y si además es hispano parlante, como entendemos su idioma, pues por narices sus costumbres o cultura han de ser exactas a la nuestra y si no es desacreditado. Racismo, se llama a esto. Puro y duro. Y es que no se puede generalizar: Por ejemplo, si un pueblo o comunidad es generoso y hospitalario el que un individuo fuese ególatra no justificaría calificar al resto como tal. Aunque uno de los mejores pediatras extremeños sea colombiano al igual que uno de los mejores especialistas en medicina familiar que ejerció en Extremadura, colombianos que conozco trabajan en puestos inferiores a su preparación intelectual y profesional: Un estudiante del último año de Piloto de Aviación, camarero; un vendedor de electrodomésticos, pastor; un campeón de golf cuida a un anciano. No nos equivoquemos. Termino pidiendo, no que el director amoneste a quien tan ligeramente estigmatiza a un pueblo, pero sí que desagravie a ese pueblo mandándole hacer deberes: Un trabajo de investigación riguroso, veraz y objetivo. Por ejemplo.PEPE ROSCO. Cáceres