La productividadde los funcionarios

Otra nueva pirueta de nuestros gobernantes para desviar la atención de los ciudadanos, que, encima, en su mayoría prefieren trasladar sus frustraciones sobre estos supuestos grupos ´privilegiados´ que sobre los verdaderos responsables de la crisis actual, esos señores banqueros a los que se les sigue ayudando con nuestro dinero en sus empresas privadas para que sigan obteniendo beneficios. Si quisieran controlar la productividad ya lo habrían hecho hace mucho. Existen muchas herramientas válidas para ello, lo que ocurre es que a veces es difícil aplicarlas sobre las cuatro personas que no hacen su trabajo porque o bien son allegadas al partido de turno o a la jefatura. También sería necesario un cambio de mentalidad, lo que me parece difícil en el país de Europa donde más tiempo se pasa en el trabajo y menos se produce. Aquí confundimos tiempo en el lugar de trabajo con productividad. Y dicen que llueve

Si la productividad se aplica al margen de la nómina consolidada de los funcionarios en el momento actual, la medida aún pudiendo aplicarse subjetivamente (autorizar a unos más cursos que a otros, aplicar unos objetivos a cumplir más estrictos a unos que a otros, etcétera) no sería del todo mala, pero si se aplica sobre la nómina que cobra cada funcionario, aparte de injusta por lo subjetivo de la misma, sería muestra de un caciquismo brutal, que aporta a la administración una herramienta de presión sobre sus trabajadores que no se produce ni siquiera en la empresa privada. ¿Política de izquierdas? Otro Extremeño

Cinco deseos de Isabel García

Todo ser humano, además de la vida terrenal, temporal y efímera, y de la sobrenatural, perdurable, eterna y hasta infinita, según los creyentes, goza de una tercera vida, más o menos prolongada y duradera, que acaba feneciendo con el transcurso del tiempo, y, que es, desde luego ´post mortem´, que se mantiene entre sus deudos y parientes, que está especialmente obligado a respetar y hacer respetar su heredero como continuador de su personalidad, y que consiste en la huella que, su paso, dejó en el mundo sensible y en el recuerdo, memoria, renombre o buena fama que quedó de él, y que recoge el famoso epitafio ´Aquí yace muerto el hombre, que vivo queda su nombre´. Por todo lo cual, la noticia, de una ejemplar calidad humana, nos ha gustado tanto a muchos lectores. Ciudadano