XLxos medios de comunicación nos ponen al día de la situación de Terry Schiavo . Un gran debate ideológico, moral, religioso y más aún político entre republicanos y demócratas de allá de los mares y que llega a nosotros polarizado, pero con gran interés social, cuando estamos viviendo los acontecimientos de la sedonalgesia en las urgencias de un hospital de Madrid en enfermos terminales, con el consiguiente desenlace.

El estado de Terry Schiavo desde el punto de vista clínico es de: coma vegetativo permanente desde hace más de 15 años, lo cual la hace prácticamente irreversible.

Diversos estudios ponen de manifiesto que en esta situación hay estados de vigilia, de sueño, falta de respuesta a estímulos externos, aunque se mantienen algunas funciones cerebrales y las autonómicas. Evidentemente no es una situación de muerte cerebral. Es un proceso crónico y no terminal, que en estos momentos necesita cuidados asistenciales de higiene, etcétera, que le prestan en una habitación común de un hospital y es alimentada mediante sonda posiblemente a nivel gástrico (gastrostomia), conectada a una bomba de perfusión continua. Es una práctica habitual en gran número de pacientes con dificultad para tragar, que se usa a domicilio, y a veces se hace de forma manual, mediante una simple jeringa, tanto por sanitarios como por familiares. En principio el debate y controversia que se plantea es científico, ya que diversas asociaciones profesionales consideran esta forma de alimentación como una medida extraordinaria , mientras otros como ordinaria , al ser la alimentación y la hidratación la forma de mantener con vida a cualquier persona y no ser consideradas como tratamiento, sino una necesidad vital, un simple cuidado.

Decía anteriormente y con premeditación que: no es una paciente terminal , si consideramos como tal, aquella persona que por cualquier patología se va deteriorando su estado general y previsiblemente le restan entre tres y seis meses de vida y por tanto necesita de unos cuidados que van siendo progresivos según la aparición de los síntomas, vómitos, dolor, etcétera y, gracias a los cuidados paliativos , llegará con el menor sufrimiento posible al final de su vida.

Cuando en las unidades de cuidados intensivos y otras especiales se decide con enfermos habitualmente agudos e irreversibles desde un punto vista científico limitar el esfuerzo terapéutico (LET), es decir, retirar o no realizar técnicas agresivas, diversos estudios ponen de manifiesto que la alimentación mediante sonda o intravenosa no es la primera medida que se toma. Antes se retiran drogas, respiradores o máquinas de diálisis. Así, en dos párrafos parece sencillo hacer semejante comentario, pero la realidad no es tan simple.

Se ha debatido en los tribunales, con gran trascendencia social a lo largo de los últimos años, la retirada y la reinstauración de la alimentación y de la hidratación a través de una sonda a una paciente (Terry Schiavo) en situación de coma vegetativo, según petición de su esposo con vistas a que tenga una muerte digna y la postura contraria de los padres de la paciente para que su hija siga viviendo, para ellos de forma igualmente digna. ¿Qué parte tiene la potestad legal?

Conocemos por los medios de difusión que la paciente sufrió un paro cardiorrespiratorio por trastorno alimentario. Que existió un error profesional y que tras lo cual una indemnización de un millón doscientos mil dólares serviría para el mantenimiento y cuidados de la enferma en una institución. No había un testamento vital y ello trae como consecuencia este largo proceso. ¿Hay trasfondo económico o moral en todo el asunto?

Viene al hilo aclarar que el testamento vital no es la vía libre que autoriza la eutanasia pasiva, como recientemente hemos podido leer en grandes titulares en este medio de comunicación .

Podemos recordar el caso Quinlan (1975), joven en situación vegetativa con respiración asistida y alimentada a su vez. Los tribunales concedieron a petición de sus padres la retirada del respirador, pero el paciente siguió viviendo años sin ayuda de la máquina.

En ocasiones, ¿no se alimenta artificialmente ? a ancianos con demencias seniles, disminuidos psíquicos o enfermos con cáncer? Todo ello, muy complejo, nos obliga a no generalizar las situaciones y como se recoge en la Declaración del Congreso de Toronto (septiembre 2004): "Los cuidados no pueden ser clasificados anticipadamente como ordinarios o extraordinarios". Dependerá de cada situación, evitando que las excepciones puedan dar lugar a leyes inadecuadas.

*Médico