De vez en cuando, los medios de comunicación informan que los profesionales de las canalizaciones de saneamiento existentes en pueblos y ciudades se encuentran con un ‘monstruo’ de grandes dimensiones (con un volumen de varios metros cúbicos y un peso de toneladas) y composición heterogénea que se crea, nutre y desarrolla debido al comportamiento de una parte de la población. Y no se trata de seres vivos, sino de tapones que se forman de manera progresiva en las tuberías por acumulación de toallitas higiénicas, compresas, preservativos y demás elementos no biodegradables arrojados al retrete de manera sistemática. A buen seguro que todavía hay personas que no son conscientes de los perjuicios causados al mantener semejante actitud, sin embargo, un gran porcentaje es conocedor de la imprudencia cometida y persiste en mantener la misma. Concienciación y voluntad social, una asignatura relevante y sencilla con demasiados suspensos.