TSte llenó la sala. Se lleno de incondicionales, cuando lo suyo es llenarla de quienes no conocen al artista para que le conozcan y compren sus discos. Y para que no canten porque no se saben sus canciones. Se llenó la sala de forofos del artista y sobraba el artista porque los incondicionales cantaban a grito pelado todas sus canciones.

Y se llenó la sala de fogonazos porque los incondicionales hacían fotografías con sus teléfonos-cámaras-móviles. Hacían fotografías para mandárselas a los que no habían ido al concierto y fastidiarles. "Mira, estoy en el concierto y tú no estás. Je, je, je". Y otro fogonazo. Alguno que otro mandaba mensajes con música e imagen a sus padres o a sus novios para que tuvieran las pruebas de que estaban en el concierto.

Se llenó la sala de fogonazos y los derechos de imagen del artista se fueron a hacer puñetas. Ya se habían ido a hacer puñetas los derechos de grabación y de autor porque los incondicionales habían pirateado el nuevo disco y se lo sabían. El artista explicaba que iba a estrenar una canción de su nuevo álbum y los forofos se la cantaban antes de que empezaran los primeros acordes.

Luego grito uno o una "¡guapo!" y se armó la marimorena, porque se renovaron los flashes para mandarle mensajes a todo dios para que vieran lo guapo que era. Después el artista se dedicó a regalar bises y cantó todo su repertorio desde que empezó en el coro del colegio. Y los incondicionales pedían "¡otra, otra, otra!". Y se las sabían todas, hasta las que cantaba en el coro del colegio.

Fue una maravilla de concierto, lástima que no vinieran quienes no conocen al artista, porque seguro que desde ese día piratearían sus nuevos álbumes.

*Dramaturgo