XHxay cosas que no se entienden. ¿Cómo es posible que con los ataques, descalificaciones y condenas que ha recibido el presidente Zapatero desde que el 13-M ganó las elecciones y accedió a la Moncloa, sea a estas alturas, después de más de un año, el político que infunde mayor confianza, según las encuestas? En la reciente del CIS, el 45,5% de los encuestados confían "mucho o bastante" en el presidente del Gobierno. Sin embargo, el líder de la oposición mayoritaria y candidato a sustituirle, Mariano Rajoy, sólo ofrece "mucha o bastante" confianza al 25%.

En cuanto a la nota, el presidente Zapatero obtiene un 5,48 --supera el aprobado--, mientras que Rajoy queda suspendido con un 4,36%. Según estas valoraciones, el actual presidente del Gobierno merece la aprobación y la confianza de más entrevistados que el líder de la oposición. Es decir, Zapatero lo está haciendo razonablemente bien y Rajoy, no razonablemente, mal.

Con lo que se han esforzado Rajoy y sus dos talibanes, Acebes y Zaplana, en poner a Zapatero a los pies de los caballos, no lo han conseguido. Sus esfuerzos no han calado en buena parte del vecindario. Tendrán que cambiar de método. La oposición bronca y copera parece ser que no cala. El personal no está por la crispación. Por mucho que trate de ayudar el equipo mediático habitual de la derecha. ¡Que hay que ver cómo las gastan algunos de sus miembros! Que en orden a emponzoñar el ambiente no hay quien les gane.

Uno ha venido manteniendo la íntima convicción de que el presidente Zapatero lo está haciendo bien, razonablemente bien. El no entra al trapo de la crispación, ni se dedica a corresponder con las mismas descalificaciones y ataques a sus oponentes. A pagarles con la misma moneda. No le va ese juego bronco y copero en política. Ha optado por la racionalidad, la serenidad, por el juego democrático limpio, sin recurrir a la demagogia barata y facilota. Lo que significa un mayor respeto hacia los ciudadanos. Se ha trazado un camino y lo sigue con tranquilidad, sin aspavientos, haciendo poco caso de la algarabía panfletaria que tiene montada la derecha. Con respeto a todo el mundo.

Esto, que en otros pagos sería lo normal y adecuado, aquí, en España, resulta un tanto exótico. Afortunadamente. Al menos, y por lo que aquí se acostumbra, Zapatero resulta ser un político fuera de lo que es costumbre en otros, fuera de serie. Tal vez por eso merezca más confianza y mejor nota que quienes se pasan el día vociferando y lanzando improperios y acusaciones, como hace la oposición mayoritaria. Lo cual es siempre de agradecer. Al menos esto es lo que, parece ser, percibe la ciudadanía.

*Periodista