Pasa el tiempo y la posible paz entre Israel y Palestina nunca termina de acercarse. Desde "la guerra de los Seis Días" hasta hoy el conflicto no ha hecho más que recrudecerse, enturbiarse y ha sido sin duda el detonante, aunque no el único responsable, del nuevo terrorismo internacional. Y lo peor es que no hay visos de posibles soluciones; al contrario: la nueva escalada de Israel tras las provocaciones de Hamas, pone al mundo en una delicada situación.

Ya se ha visto que la ONU es absolutamente incapaz de hacerse oír por Israel, que ha hecho caso omiso de decenas de mandatos del organismo internacional bajo el paraguas siempre protector de los EEUU. Y el problema se agrava aún más con la situación de los integristas interiores; cuando algún dirigente israelí ha tratado de establecer cauces de diálogo con Palestina, ha terminado por abandonar el Gobierno o, lo que es peor, directamente asesinado por los suyos. Y en Palestina otro tanto: el grupo Hamas se ha convertido -o siempre ha sido- un grupo terrorista cuyo único objetivo es la derrota, absolutamente imposible, de Israel. Hamas no tiene más aliados que los extremistas y ni la Autoridad Palestina ha sido capaz de controlar sus actuaciones, pero está respaldado por un pueblo desesperado que le da incluso el poder legal en unas elecciones.

¿Y qué hacer desde la UE? Pues contemplar la situación y repetir tópicos que no dejan de ser verdad para repartir las culpas y no quedar mal con nadie: respuesta desproporcionada de Israel a las provocaciones de Hamas. Y es cierto. Pero habrá que reconocer que las provocaciones de Israel llegaron antes y antes que antes y así lleva toreando la legalidad internacional ni se sabe cuántos años. Pero el pasado ya no existe y no parece fácil recuperarse de los errores de entonces.

Ahora estamos asistiendo a algo que puede ser aún peor que la famosa "Guerra de los Seis Días" y alguien debería plantar cara al problema. "Lo peor está por llegar", ha advertido el vicejefe del Estado Mayor israelí, Dan Harel. "Apenas estamos en los inicios de la lucha. Esto no se puede resolver con un solo golpe. Lo peor aún no ha ocurrido y tenemos que prepararnos ante ello". Y cuando aún no ha llegado lo peor, ya van 300 muertos y miles de heridos. ¿Qué va a hacer la UE? ¿Qué se espera que diga o haga Obama? ¿En qué situación queda Egipto, que tanto ha hecho por una paz que nunca llega? ¿Cuál va a ser la respuesta no ya del Gobierno iraní -que ya ha dicho lo esperado- sino de los extremistas que de alguna forma inspira o controla?

Cada día creo más que la paz empieza nunca en Oriente Medio. Demasiados intereses en un zona caliente para el mundo. El conflicto ha trascendido todas las fronteras y ya es global. Sólo una coherencia que no existe en los países árabes limítrofes, en la ONU, en la UE y en los EEUU frenarían lo que aún no ha sucedido pero está a punto de suceder: retroceder una vez más a un tiempo que no ha llegado a superarse nunca y que nuevas muertes tiñan de odio rojo a una nueva generación.