Valencia del Mombuey, podría ser, para Carlos Floriano , el punto de arranque de un jaque de una parte, de momento pequeña, de sus propias huestes y ante cuya contestación va tener un difícil movimiento, más allá del impasse que pudiera imponer la dirección nacional del partido a cinco meses de las elecciones generales y evitar, en momentos tan complejos, una crisis que cada día aflora, con más intensidad, en el seno del PP de Extremadura.

Y es que en esta tierra, como la nuestra, de una histórica abrumadora mayoría autonómica socialista, con siete victorias continuadas, resulta extraordinariamente difícil descabalgar al PSOE de la montura del poder.

Escasos días después de la derrota popular del 27 de mayo, el articulista señalaba en este mismo periódico que "En Extremadura, por una serie de peculiaridades muy características, el PP lo tiene crudo", subrayando la carencia de una mano de hierro que catapulte, con nuevas imágenes y actuaciones el partido hacia otros derroteros, la cuasi imposibilidad de saber traspasar los férreos muros socialistas del poder, misión harto complicada, o sus desencuentros a la hora de tender puentes de identidad con el mundo rural. Escenarios que el PSOE aprovecha con certera habilidad.

Asimismo exponía cómo analizando los resultados electorales comenzaban a correr tiempos delicados para el PP, necesitado, cuando menos, de una renovación de ideas, de programas y de expertos en materia de identidad social con el pueblo extremeño. Y es que con veintiocho años de oposición, cuando finalice la legislatura, la situación es como para desmoronar al adversario más fuerte con una estancia tan continuada, larga y cansina en las bancadas de la oposición. Finalmente concluía que el PP de Extremadura se haya situado ante una encrucijada al caminar de derrota en derrota entre la desesperanza, la impotencia y la debilidad.

Tras el paréntesis estival, con la reanudación del curso político, Valencia del Mombuey acaba de acoger una reunión de exdirigentes y afiliados populares, alguno de cierto relieve, que reivindican, en sus primeros movimientos, un debate sobre la situación del partido, donde se carece de claras estrategias, tratar de abordar un proceso de carácter precongrensual, muy arriesgado antes de las elecciones generales, y determinar, con una lista única, entre la dirección y los críticos, algo que hoy por hoy resulta impensable, el camino a seguir ante los próximos comicios electorales. En este sentido es de destacar la contundencia de la frase de Javier Casado , presente en la reunión: "No queremos llegar a un Congreso de confrontación, pero si hay que dar pelea, se dará".

Pero como telón de fondo y punto de una encrucijada muy especial se encuentran las discrepancias con la dirección regional del partido. Se trata, pues, del primer jaque a y contra Carlos Floriano, como presidente regional, en una partida de ajedrez, dentro del mismo bando político, con unos peones, alfiles, caballos, torres y reina que han decidido actuar motu proprio . ¿En defensa de qué rey?

XUNA OPERACIONx que forma parte del cansancio de quienes comienzan a otear que el panorama político regional popular se presenta con unos nubarrones que pueden llegar con pedrisco. Un pedrisco de mayor calibre cuando los portavoces del encuentro en Valencia del Mombuey atizan el fuego con exclusiones por enfrentamientos y otras cuestiones. Pedrisco, claro, de mayor calibre cuando subrayan que las urnas han demostrado que el presidente de los populares no resulta cercano a los votantes, de refundar el partido o que el PP debe estar más cerca de Gallardón y Rato que de Acebes y Zaplana . Calibre de máxime envergadura, aún, cuando los descontentos ponen de ejemplo al presidente de la Junta, Fernández Vara , al haber integrado en su equipo de Gobierno a personas que habían quedado fuera de las listas. Aquí tiran a dar con un impacto excepcional, por tratarse del adversario y que le acaba de derrotar en las urnas.

Un órdago en toda regla, con los pasos estratégicos milimetrados intentando sitiar a Carlos Floriano en un movimiento al que presumiblemente se podrían sumar más militantes, porque fuera hace un frío de espanto, y que de un modo u otro va a obligar a intervenir, y pronto, a Mariano Rajoy o a Angel Acebes.

Mientras el PSOE, triunfador, conocedor de las debilidades de sus contrincantes, cabalga tranquilamente por sus campas sin mayores problemas, domina los espacios, las estrategias, la geografía electoral y la respuesta de nuestros hombres y mujeres, sabe los terrenos que pisa y sus miembros trabajan, ya, pensando en las próximas elecciones, fijando alternativas y acercándose, cada vez con más intensidad, a esas estructuras populares, no políticas sino humanas, que es donde se ganan los votos.

Y si a Floriano ya le han tumbado el pulso Ibarra y Vara, que no dude en que desde el mismo PP ya han comenzado a intentar segarle la hierba. Lo que hace falta saber es si los miembros de La Conjura de Valencia del Mombuey, como podríamos denominarlo, cuentan, inicialmente, como se escucha, con un determinado apoyo logístico de Madrid. Cierto o no los levantiscos han lanzado un torpedo de una gran envergadura a Carlos Floriano del que se espera una respuesta inmediata.

*Periodista