Es el único de los fuertes exteriores que se conserva, y una muestra muy elocuente de la perfección alcanzada por la ingeniería militar en el siglo XVII. Sufrió durísimos ataques en la Guerra Hispano-Portuguesa de Secesión y en la Guerra de Sucesión Española en 1704, pero nunca fue tomado al asalto. Tampoco los franceses pudieron asaltarlo en 1811 por su ubicación. En la Guerra de la Independencia se dio la batalla de Gévora, en la que el general Soult destrozó al ejército que mandaba el general Mendizábal, en la que murió heroicamente el brigadier don José de Gabriel. Estos y otros hechos son parte importantísima de la historia no sólo de España, sino europea, y avalan sobradamente las reivindicaciones que vienen planteándose desde diversos colectivos en orden a la puesta en valor del fuerte y de su entorno. Resulta contradictorio que por una parte queramos promocionar turísticamente a nuestra ciudad y luego abandonemos nuestros mejores monumentos.

Sorprende, por otra parte, que el PGOU no contemple para nada las posibilidades del fuerte. Entre las diversas opciones que se proponen, bien pudiera considerarse también la oportunidad de instalar un centro de interpretación. MANUEL MARQUEZ MARTIN Badajoz