TEtsta misma semana este diario se hacía eco de los resultados del estudio que la Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FREAPA) ha realizado sobre las preocupaciones de padres y alumnos en nuestra región. Según parece lo que más preocupa son los riesgos derivados del uso de internet o lo que es lo mismo el mal uso de la red. No deja de sorprenderme este hecho, no porque no tenga importancia --que la tiene si cabe con mayor contundencia con la que se refleja en el veredicto de los resultados-- sino porque al menos en lo que a la mayoría de padres y madres se refiere, y por la experiencia personal que tengo trabajando como voluntario en programas de educación y concienciación sobre el uso de internet y redes sociales (Programa Internet en Familia de la Fundación Cibervoluntarios) las cifras de participación en talleres o en actividades orientadas a la prevención y el uso responsable de las mismas, no parecen ir acorde con esta inquietud que ahora sale a la luz y que --insisto-- debe hacernos reflexionar y actuar de manera inmediata.

Obviamente, tal y como la encuesta refleja, estamos hablando de algo muy grave, sobre todo para los más pequeños que campan a sus anchas por la red sin la atenta vigilancia de sus padres y que encuentran en la escasa o nula alfabetización digital de sus progenitores una excepcional aliada para ello. Estoy harto de ver en redes sociales a menores que facilitan datos, fotos, vídeos y documentos similares de carácter personal, que pueden generarles muchos perjuicios. Eso, es responsabilidad, en buena parte de sus tutores más directos que ignoran --en ocasiones por falta de información y formación-- los lugares por los que transitan y se mueven sus hijos, y los riesgos reales a los que están expuestos. La consolidación de la era digital en nuestra sociedad requiere si cabe un mayor control sobre el uso responsable de las herramientas sobre las que se asienta, y en ello, los padres somos elementos decisivos.