Extremadura está perdiendo hechos históricos diferenciales. Una de sus señas de identidad, la imagen secular, periférica, fronteriza y marginal, se ha difuminado en dos décadas, como atestiguan viajeros y transeúntes. Con abundante financiación de la UE y de los Presupuestos Generales del Estado, Extremadura ya converge en autovías y se ubica en el mapa de las redes transeuropeas de transporte. Esta nueva condición de centralidad en el espacio suroeste ibérico se anticipa en el compromiso político de los gobiernos de España y Portugal sobre el corredor ferroviario de alta velocidad que une las capitales comunitarias peninsulares, a través de la región, y refuerza su carácter estratégico en distribución, intercambios y comunicaciones.

No son, sin embargo, el desarrollismo ligado a las grandes obras o la incidencia directa en las actividades sectoriales, ni la aportación directa al PIB o la creación de empleo, justificaciones suficientes de la asignación de recursos cuantiosos a estas obras y a su mantenimiento. La convergencia en autovías y el desarrollo de infraestructuras y servicios ferroviarios con las tecnologías más avanzadas son el resultado de ambiciosas políticas impulsadas desde las instituciones de la UE para construir un espacio europeo cohesionado económica, social y territorialmente. Unas políticas reorientadas por la Agenda de Lisboa hacia la puesta en valor del potencial de recursos y el estímulo a la competitividad de todas las regiones europeas, que compromete a España con todos los estados de la UE en una política regional comunitaria para hacer frente a los desafíos de la globalización.

Además, durante los últimos años, el Gobierno autonómico está ejecutando su propio plan de autovías, con cargo a los presupuestos de la comunidad autónoma, al que se sumará el polémico proyecto Cáceres-Badajoz, de cuya oportunidad e impacto ambiental se sigue discutiendo. En cualquier caso, por la magnitud de la inversión a escala de los presupuestos autonómicos, las autovías regionales son asuntos de diferente naturaleza. Una cosa es que corran por cuenta de las administraciones nacional o comunitaria y otra bien diferente es el volumen de recursos que absorben los grandes proyectos de infraestructura en unos presupuestos de estas dimensiones y composición, con un alto porcentaje de gasto obligatorio, como el destinado a sanidad y educación. El peso de las autovías regionales recae sobre el conjunto de la producción de los bienes y servicios públicos más próximos y que más valoran los ciudadanos. La vara de medir debe ser pues diferente y mayores las exigencias de beneficios directos y más a corto plazo en la economía regional, para justificar estas inversiones.

XCON ESTOSx y otros argumentos, el debate sobre el modelo territorial y los programas de gasto público debería ganar espacio. Sin embargo, las circunstancias no son propicias. Precisamente lo que en política nacional se denomina debate sobre el modelo territorial, forma abreviada y correctísima de referirse al proceso de redistribución del poder político desde los poderes del Estado hacia ámbitos de decisión territoriales controlados por partidos nacionalistas, desplaza cualquier otra cuestión o aspiración, incluidas las territoriales no nacionalistas. Aunque los nacionalistas no ocultan sus intereses particulares y locales, en lugar de impugnaciones por vicios de legitimidad ocurre lo contrario. El debate de inspiración nacionalista entre nosotros y el Restodespaña se toma como propio y se reproduce, reproducción fotocopiada incluida, en muchas autonomías.

Cuando tanto se habla del BRIC (Brasil, Rusia India y China) y de otras grandes naciones emergentes, los pequeños grandes de España, con orgullo y un cierto desdén, exhiben su PIB o su población ante los pequeños pequeños . Parece que han encontrado en estas variables de apariencia tan objetiva el ariete para abrir la vía de acceso ventajista a los presupuestos del Estado y, así, financiar los nuevos poderes políticos y la construcción de nuevas instituciones nacionales, sentidas, reales o asociadas.

En fin, es muy probable que Extremadura haya salido definitivamente de la marginación periférica y fronteriza, pero con la reforma reconstituyente del Estado en curso aparecen factores que colocan al Restodespaña en situaciones de riesgo de marginalidad política.

*Economista