TQtuizá a algunos les suene. Un gran inflable cúbico, ligero y reflectante que se paseaba por diversas manifestaciones animando el cotarro: el Cubi --ojo, no el Cobi--. Pero finalmente fue incautado, no es broma, por los Mossos durante una cacerolada frente a las oficinas de La Caixa. Les debió parecer un arma peligrosa. Pero en realidad era tan solo un globo de aire diseñado por el colectivo Enmedio, un inocuo cachivache que pretendía reflejar el mal. Pues bien, este objeto, que sigue custodiado en calabozos policiales, es ahora noticia en Londres. Luce como icono en la exposición Objetos desobedientes, que se puede ver este verano en el prestigioso Victoria and Albert Museum. La expo empieza con unas tazas muy 'british', donde las sufragistas enganchaban calcomanías pidiendo el voto femenino. Incluye un pequeño robot para escribir grafitos a control remoto y las capuchas simiescas de las 'Guerrilla Girls'. También en Madrid hay una muestra similar, pero dedicada monográficamente al grafismo político y social, 'Agitadores de conciencias', en la Central de Diseño de Matadero. El colectivo Enmedio se creó hace siete años y ha sido responsable de la potente gráfica de los escraches de la PAH, una circunferencia verde con 'Sí se puede' y otra roja con 'Pero no quieren'. Enmedio se sumó a la convocatoria de rodear el Congreso en Madrid, pero ante la imposibilidad de hacerlo por tierra propuso la performance 'Discongreso'. Lanzaron por aire cientos de frisbees con mensajes reivindicativos. Son gente de diversos ámbitos creativos, cine, música, arte... Se sitúan "en medio" de la vida y la política, renuevan una vieja tradición conforme a la que el talento del diseño no está al servicio de vender más sino de transmitir valores radicalmente opuestos. El puñetero diseño tiene eso, sirve tanto para hacer daño como para curarlo.