La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha anunciado la presentación de la Ley de Autoridad del Profesor con el fin de otorgar a los docentes la condición de autoridad pública y situarlos al mismo nivel que policías, jueces, u otros cargos públicos. En la práctica se traducirá en dar más poder a los docentes públicos, y ante las faltas que se cometan contra ellos en los centros tengan una consideración más grave y sean perseguidas de oficio desde la Fiscalía. Surge la propuesta cuando muchos alumnos y tutores legales de los mismos ven al docente como una autoridad cuestionable; y ni eso, en algunos casos.

La educación sin autoridad, sin adulto que autorice progresivamente al niño/adolescente para ser autor de sí mismo, conforma un inmenso espacio vacío que es susceptible de llenarse de intereses que son lo contrario de la libertad. Por ello, es imprescindible que dicho tema sea resuelto desde edad temprana en el ámbito de la familia; y de no serlo que, al menos, apoyen a la autoridad educativa que pretende enseñar educando o educar enseñando para que su alumnado sea libre, se domine. Pues, sin respaldo social y reconocimiento de la autoridad educativa será imposible solucionar el problema; eso sí, se judicializará la escuela, todas las escuelas; y muchas instituciones verán cuestionada su autoridad; ¿o ya lo están?

La Constitución española dice que: "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales" y constatamos que el valor que a la educación da la sociedad actual está en crisis. Es por lo que se hace necesario alcanzar un pacto sociopolítico por la educación, pues no se trata sólo de que una parte del profesorado considere que han perdido autoridad ante alumnos y tutores y reclame el rango de autoridad jurídico-penal, es mucho más que eso lo que está en juego. Salir de la crisis de autoridad es salir de la inhumanidad.

Víctor Rodríguez Corbacho **

Mérida

Maestro.