El Gobierno de Zapatero ya sufre políticamente los efectos de la crisis económica. Por primera vez desde la victoria del PSOE en marzo del 2004, el sondeo de Gesop para este diario vaticina que, de celebrarse ahora las elecciones legislativas, el PP superaría al partido gobernante en votos y en escaños. Apenas han transcurrido ocho meses desde las últimas elecciones y el PSOE ha perdido más de tres puntos y el PP ha avanzado 1,6. Naturalmente, a tres años largos de que termine esta legislatura, esos pronósticos ni condenan a los socialistas a una segura derrota ni permiten al PP cantar victoria, entre otras cosas porque no gana todo lo que los socialistas pierden.

Pero el desgaste del Gobierno y de su partido resulta evidente. La confianza en el PSOE entre los ciudadanos cae hasta el 25,1%, mientras que la desconfianza sube al 39,6%. No es que estos parámetros resulten mejores para el PP, pero en su caso la tendencia resulta favorable: aumenta la confianza en el partido de Rajoy y desciende la desconfianza. Lo mismo puede decirse de la valoración de Zapatero, que sigue por delante de Rajoy pero con tendencia a la baja. Y es que los españoles no están contentos con la gestión del Gobierno frente a la crisis. Quienes consideran mala o muy mala esa gestión son más que los que la califican de buena o muy buena, y la confianza en que la situación económica haya mejorado dentro de un año es francamente negativa.

El 2009 va a ser muy duro, y los socialistas pueden llevarse un disgusto en las elecciones vascas, gallegas y europeas convocadas para ese año y que daban por ganadas.