XDxicen algunos entendidos que la aceituna no subirá de precio en los próximos años y la realidad nos indica que poco o nada ha subido en la última década. Los precios siempre son inversamente proporcionales a la producción, es decir, años de mucha producción, precios bajos; años de pocas aceitunas, los precios suben. La zona norte de la provincia de Cáceres, con una población envejecida y a la que tradicionalmente le llega una parte importante de sus beneficios por el cultivo del olivar, se verá obligada a abandonarlo si no se pone remedio a esta situación.

Los agricultores que no pertenecen a ninguna cooperativa venden en el puesto que el comprador ha instalado cerca de su domicilio, al precio que éste ha establecido, hasta el punto que llevan las aceitunas incluso sin que el precio esté fijado, ya que necesitan acabar la recogida antes que el fruto madure para no verse en la necesidad de desviarlo a la almazara: dado el poco rendimiento de esta variedad de aceituna, su valor sería todavía menor.

Muchas de las cooperativas de la zona van por libre , es decir tratan de vender las aceitunas que entregan sus socios al mejor postor, sin tener en cuenta cómo vende la cooperativa del pueblo de al lado. Muchas de ellas carecen, incluso, de depósitos para su almacenamiento en caso de que no encuentren un buen precio para la venta, lo cual les obliga a vender pronto --es decir, al precio que sea--, para evitar que la aceituna madure sin haberla vendido.

Dos cooperativas de segundo grado funcionan en el norte de Cáceres. Una almacena las aceitunas y las vende en salmuera (líquido para su conservación) durante todo el año. La otra realiza todas las funciones desde que el socio entrega sus aceitunas hasta que son puestas a la venta envasadas como producto terminado.

Tiene logotipo y marcas propias, con las que compite en los mercados nacionales e internacionales.

Este descontrol existente entre los agricultores supone una pérdida sustancial: no hay unificación de criterios en cuanto al precio, ni en cuanto al calibre. Tampoco en decidir qué hay es lo que realmente hay que vender por verde y lo que hay que hacerlo por mezclado.

Si el precio de la aceituna se estabiliza habrá que tratar de disminuir los gastos de producción, para lo cual es necesario estar unidos en una gran cooperativa que debe integrar a todo el olivar de la Comunidad Autónoma de Extremadura para que desde allí el agricultor pueda comprar todo lo necesario para el cultivo de su explotación a unos precios que le sean ventajosos y sus aceitunas lleguen directamente a los establecimientos de venta como producto terminado y el valor añadido repercuta en el agricultor.

Para ello es necesario convencer a los olivicultores, grandes o pequeños, de que hoy, en pleno siglo XXI, no podemos salir al mercado sin ofrecer un producto de la máxima calidad, y con el único fin de que sea competitivo en el mercado. Y para ello es preciso crear una gran empresa con sedes estratégicas en las que el agricultor pueda comprar todo tipo de aperos para el campo a precios realmente ventajosos, ya que se pueden traer directamente de fábrica insumos y fertilizantes. Esta empresa o cooperativa deberá contar con ingenieros que le asesoren sobre qué tipo de abono necesita su olivar, que les ayuden para cualquier asunto administrativo, y al mismo tiempo sirva al agricultor para poder llevar su aceituna para su recepción y clasificación y poder poner, por fin, el precio a nuestra aceituna. Parece una utopía, pero si todos ponemos un poco de buena voluntad, tiene visos de convertirse en realidad. Los que ahora tenemos la responsabilidad de llevar este barco a buen puerto y los que vengan a coger el timón para sustituirnos debemos trabajar duro para, en primer lugar, tratar de convencer a nuestros agricultores (la mayoría a punto de la jubilación) de esta necesidad, porque si esto continúa al paso que va el abandono del olivar va a ser una realidad en muy poco tiempo.

Dura labor para estas personas cuya actividad principal es la de ser agricultores y, por tanto, sin el tiempo necesario para desarrollar esta aventura. Por eso es necesario el apoyo técnico y económico de la Administración. Todavía cabe la esperanza de coger el último vagón del tren para los hombres y mujeres que viven en esta tierra y que han visto y oído a sus antepasados que el olivar ha sido su medio de vida.

*Consejo Rector de Acenorca, Sociedad Cooperativa de 2º grado