XExstamos perplejos estas últimas semanas por causa de los mortales atentados perpetrados a primeros del mes de julio en Londres y cómo pudieron decidirse, cómo pudieron prepararse y finalmente ser ejecutados. Qué papel tuvieron los instructores de las madrassas o escuelas del Islam más combativo y sangriento en Pakistán, los imanes más radicales del propio Londres, y hasta qué punto la beligerancia del primer ministro del Reino Unido, Tony Blair , y sus tropas en Irak provocó la reacción de los combatientes del Islam más sangriento, partidario de la guerra santa.

Hay un muy extendido temor de que esas historias sangrientas de los vengadores de ese Alá implacable y vengativo están sin terminar, o que tendrán más partes, en Londres como en cualquier otra ciudad europea. Estiman los estudiosos de estas materias que el número de los yihadistas puede ser de varios millares en los distintos países europeos, y hablan también de la capacidad de contagio que provocan esas acciones sangrientas de las que se ocupan tan atentamente los telediarios...

De manera que Londres ha quedado inscrita en la relación de las ciudades mártires, con Nueva York, Madrid, y tantas más. Con la peculiaridad de que el hecho de haber tenido ya una tragedia no supone que esa ciudad ya haya sido borrada de la lista. En Nueva York, en Madrid y en Londres no se descarta que haya intentos de repetir escenarios trágicos como los ya conocidos y padecidos.

Estos últimos días, y a medida que se han ido conociendo o recuperando nuevos aspectos del sumario del juez Del Olmo, muchos ciudadanos se han podido volver a hacer viejas preguntas, sobre todo una. ¿Cómo fue posible que sucediera la tragedia con la cantidad de advertencias y avisos de toda naturaleza que habían llegado a las fuerzas de seguridad del Estado, ya fuera por sus propias averiguaciones ordinarias, por los intercambios de información de otros servicios de inteligencia, o por las comunicaciones de los confidentes?

Se nos relata en los famosos miles de folios que ha venido elaborando el juez Del Olmo, sobre los que nadie, hasta el momento, ha emitido la menor discrepancia, que ya un año antes del atentado del 11-M-2004 el Ministerio del Interior que dirigía Angel Acebes dispuso de grabaciones de vídeo tomadas en varias mezquitas de Madrid en las que se alentaba a la venganza contra Estados Unidos y otros países infieles , se honraba a los suicidas palestinos que perpetraban atentados antijudíos y se entonaban cánticos a favor de la violencia contra Occidente.

También refiere el juez de la Audiencia que en multitud de informes se alertaba sobre la creciente amenaza que el terrorismo suponía para España. ¿No da respuesta el sumario del juez a la vieja controversia sobre si hubo imprevisión o no por parte del Gobierno y sus dirigentes de la lucha antiterrorista, sorprendidos por la magnitud de la tragedia del 11-M y por los preparativos que tenía tras de sí?

Un año antes del 11-M, Interior dispuso de grabaciones de vídeo de varias mezquitas de Madrid en las que se alentaba a la venganza contra EEUU y otros países infieles, se honraba a los suicidas palestinos y se pedía la guerra con Occidente.