Hace meses que venimos denunciando la necesidad de un cambio en los responsables de las áreas del Gobierno. En julio, con una propuesta de resolución, ya se lo pedimos a la Junta de Extremadura en el Parlamento, y antes de eso, en el mes de junio, el presidente del PP, José Antonio Monago, hizo lo propio en una rueda de prensa monográfica, en el que expuso, punto por punto, los motivos por los que el presidente de la Junta debía renovar su equipo. Ninguna objeción en lo personal, pero sí muchas en lo profesional.

Las distintas consejerías de la Junta de Extremadura están paralizadas, no dan respuestas a los problemas y no cumplen objetivos de necesidades de los extremeños.

La parálisis absoluta en la que se encuentra nuestra comunidad autónoma es consecuencia directa de un gobierno irresponsable, que vive de espaldas a la realidad tozuda de los datos, que cierra los ojos ante el descontento generalizado, que no gestiona y que no resuelve los problemas, sino que los agrava.

Pero cada vez que el PP le sugiere algo al gobierno socialista, por el bien de los extremeños, el ejecutivo se enroca y prefiere seguir arrastrando problemas acuciantes de funcionamiento, gestión y proyecto de gobierno a darle la razón a una oposición responsable. Rechazaron estas exigencias, porque no quieren admitir debilidades, porque no quieren enmendar sus fallos. ¿Qué hay de malo en admitirlo y rectificar? Cuanto antes mejor.

Esta semana, en un programa de radio, le preguntaban al presidente por un cambio en la estructura del gobierno; no lo desmiente. Pero tampoco se entiende que no se hiciese antes de ponernos a negociar unos presupuestos previstos para cinco consejerías. Si los presupuestos salen adelante tal y como están y en un futuro próximo se cambia la estructura de la Junta, habrá que arreglarlo con parches y martillazos, y mucho me temo que servirán de excusas ante los incumplimientos que se avecinan.

Podemos llamarlo como sea (remodelación, crisis de gobierno), pero no vamos a andarnos con eufemismos. Lo que Extremadura está reclamando es un cambio radical en el equipo que Fernández Vara puso al frente de las diferentes consejerías y que no está demostrando estar a la altura de las circunstancias.

Todas las áreas del Consejo de Gobierno del señor Fernández Vara no solo han perdido la credibilidad y la confianza, sino que además se demuestran absolutamente ineficaces.

El señor Vara tuvo y tiene la responsabilidad, primero eligiendo y después vigilando, de lo que hacen sus consejeros. Como principal partido de la oposición le pedimos que esté a la altura de su responsabilidad y que con honestidad aprenda de sus errores. Quizás sea mucho pedir para quien ya se ha apresurado a asegurar que no va a descartar a nadie de los que hoy integran el consejo de gobierno. Una vez más comprobamos que el objetivo es seguir recuperando los derechos de los afines a su partido para pagarles con el dinero de todos los extremeños.

* Diseñadora gráfica y diputada del PP