THtay ocasiones en las que a los políticos les importa poco que fracase la política porque entienden que la política que fracasa siempre es la del contrario. Un síntoma de que la política permite diseñar estrategias de intervención en donde los errores acaban por diluirse sin poner en peligro la futura obtención de votos de su electorado.

La comisión de investigación del 11-M, tras un largo año de análisis ha presentado en cientos de folios algo que ya sabíamos desde el 12-M y podía explicarse en media cuartilla. Visto desde dentro, uno cree que el PP le ha echado mucha cara al asunto y el PSOE ha exprimido su razón política hasta el hastío y la saciedad aburriendo con la evidencia al más paciente de los analistas políticos; visto desde fuera, todo este asunto no deja de ser un fracaso de la política, del necesario entendimiento que debe imperar sobre la dilucidación de los grandes acontecimientos que marcan la historia de un país.

Pero como nuestra memoria política es más bien corta, cosa que saben los políticos, ahora toca llamar a manifestaciones multitudinarias para borrar cuanto antes los fracasos y crear nuevas polémicas y debates que den algo más de sentido a la política y sensatez a algunos políticos.

*Psicólogo Social