El cubo de Biblioteconomía en Badajoz finalmente va a derribarse en dos de sus plantas. Es la resolución final de un conflicto judicial que empezó hace años y que finalmente va a concluir por el desatino de unas administraciones que no supieron ver una ilegalidad y que trataron de enmendarlo cambiando la norma que ellos mismos se habían saltado y por el voluntarismo de una asociación, la de Amigos de Badajoz, empeñados en que la ley está para cumplirse y las administraciones deben dar ejemplo. No obstante, pasado el tiempo, esta construcción no deja de ser algo que había pasado a formar parte de la historia de la ciudad, lo que choca de frente con su propio derribo. Prueba de ello es la resolución in extremis que ha adoptado la asociación de vecinos, la cual ha permanecido impasible hasta este momento creyendo que el derribo final nunca iba a llegar. La cuestión ya no tiene vuelta atrás, y quedará en los anales como ejemplo de la sinrazón y del desencuentro de una administración con sus administrados.