TEtl rey Mswati III , de Suazilandia, persevera en su tiranía, pero, según él, lo hace en el fondo por el bien de sus súbditos, que son muy pobres: "La democracia es muy cara", dice cuando recibe críticas del extranjero por la absoluta falta de libertad en su país, y, de hecho, él es el único suazilandés que podría comprarse una.

Mswati III es uno de los muchos sátrapas consentidos que hay en el mundo, y si hoy sabemos algo de él no es por su régimen de latrocinio y represión que mantiene al 70% de la población en la miseria (más del 30% de ella enferma de SIDA) y al 40% sin trabajo, sino porque una de sus trece esposas, la joven Dube , se la ha pegado con el ministro de Justicia, Ndmiso Mamba , que ha tenido, el hombre, que dimitir. Podíamos haber leído en algún sitio que ese tío, Mswati, cuya fortuna rebasa los 100 millones de dólares, se tiene repartido a pachas el país con las compañías extranjeras, propietarias del 45% de las tierras, y que pese a ser hiperdemocráticas sus naciones de bandera, son las que le mentienen en el poder, pero la noticia que nos llega es que Dube se disfrazaba de militar para despistar a los guardaespaldas, y que se reunía con Mamba para, imagino, hablar de sus cosas.

No puede decirse, empero, que Mswati, quien en las fotos se muestra como un hortera venado y feliz, no se estire con sus cónyuges, a las que, por cierto, elige a la carta, como es tradicional en las monarquías de toda época y lugar. Se estira: mientras sus súbditos se mueren de hambre o devorados por las enfermedades, a menudo por un compendio de todo ello a la vez, él las envía de compras a las tiendas más chic de Europa. Pero la democracia es otra cosa, la democracia es cara, y el pueblo de Suazilandia no puede, toda vez que su rey se lo ha quedado todo, pagársela. Total, para 32 años que viven, como mucho, los súbditos de Mswati y de las compañías extranjeras, ¿para qué ese dispendio? El único consuelo de ese pueblo aherrojado es que los cuernos, a su verdugo, tampoco se los quita nadie.