WEwl juez de la Audiencia Grande-Marlaska optó ayer por una decisión salomónica al decretar el ingreso en prisión de Otegi hasta que deposite una fianza de 250.000 euros. Otegi, en libertad condicional desde hace un año bajo fianza de 400.000 euros, tendrá así que afrontar su supuesta responsabilidad por los incidentes registrados en el País Vasco y Navarra el pasado día 9. Aunque el dirigente de Batasuna puede pasar algún día en la cárcel hasta reunir el dinero, el fallo judicial parece una medida cautelar conforme a la doctrina del Constitucional. De acuerdo con ella, la prisión incondicional es aplicable ante un riesgo grave de fuga, cosa improbable en su caso.

Aunque todas las partes, incluida Batasuna, se ocuparon en las horas previas a la comparecencia de asegurar que la nueva situación política está por encima del futuro inmediato de Otegi, no hay duda de que el hecho de que no se haya decidido la prisión incondicional pedida antes del anuncio de ETA contribuye a la serenidad con la que hay que asentar el proceso abierto ahora. Porque la normalización de Euskadi va a depender tanto de la voluntad política como de que la ley se aplique sin interferencias o argumentos forzados.