TMti vecino me espera escondido detrás de los cuarenta grados para preguntarme por Darío Fo. Suele preguntarme por casi toda la programación del Festival de Mérida como si yo fuera Jorge Márquez, pero desde lo de Lisístrata del año pasado (que le recomendé) sólo me pregunta por el festival del Auditorio Ricardo Carapeto: "Oye... lo de En un burro tres baturros no será otro experimento vanguardista...". Me pregunta por Darío Fo y le cuento que se trata de un universo teatral en sí mismo. La cara de mi vecino es para verla: "¿Un universo qué?". Le explico que Darío Fo, además de ser Premio Nobel de Literatura, es un juglar, un poeta, un cómico de la legua, un franciscano laico y una carátula de terracota. "¿Entonces, tú crees que le va a gustar a mi señora lo de Fo ?". Le respondo que sí, que a las señoras les gusta Fo porque tiene cuerpo de tío político y voz de confesor de los P. Paúles. Le cuento que Franca Rame, su señora, sufrió un secuestro por banda fascista y por estar al lado de Fo, que era su propio lado y que el dinero del Nobel lo dedicó, junto a Darío, a crear una fundación para desvalidos. Me pregunta de qué va la obra: "Pues va de eso. De desvalidos, juglares, iconoclastas, gentes que denuncian la mentira, que se manifiestan por la paz, que se ríen del poder y tocan las pelotas a los señores principales". "No creo que le guste a mi señora la obra, porque veo que se trata de una obra muy actual y a ella lo que le va es el teatro más clásico, como Cuñada viene de cuña o lo de Paso ". A pesar de esto me dice en voz baja: "Lo que no quita para que a mí me entren ganas de ver un día a Darío Fo en el Auditorio Ricardo Carapeto. Me pone lo que dices".

*Dramaturgo y director del

Consorcio ´López Ayala´