El pleno del ayuntamiento cacereño pondrá mañana sobre la mesa la necesidad de mejorar el servicio ferroviario que ofrece la ciudad y que recientemente ha sido objeto de una modificación con el cambio del tren diurno que cubre la ruta de Cáceres a Madrid por un regional con igual trayecto.

Partidos y sindicatos se han mostrado a favor de mejorar un servicio que, en el caso de los regionales, desde hace más de veinte años no se reforma. A la pérdida, hace dos décadas, de la conexión Plasencia-Salamanca se unió más tarde la supresión del talgo Madrid-Lisboa, que llegaba a la capital en unas tres horas; posteriormente le tocó el turno al Sierra de Gredos y la eliminación del talgo a Barcelona. Estos sucesivos recortes, más palpables en los últimos años, han venido acompañados de la falta de mejoras en los trenes regionales, que son los mismos que los que se utilizaban en los ochenta, algo que no sucede en ciudades de las características de Cáceres, según la denuncia sindical.

Ahora, la oferta ferroviaria cacereña llega al debate municipal bajo un sello reivindicativo que corre el riesgo de alimentar los mismos argumentos que, en ocasiones, se han utilizado como simple arma arrojadiza entre adversarios políticos.