THtace años, siendo todavía joven, escribí un artículo en el que decía: "somos frutos inmaduros, que aún colgamos de las ramas del árbol de la vida, capullo sin abrir." El hombre no se define sólo por lo que ha sido sino por lo que está llamado a ser. Los hechos de cada día hablan de la inmadurez del hombre y de la falta de responsabilidad. La vida humana es responsabilidad y decisión. Decidir es vivir, ejercer como vivo. No decidir y dejar que otro decida por uno, o echar mano de la respuesta del otro para difuminar nuestra respuesta, es una forma ignominiosa de renunciar a la vida.

No es posible vivir instalados en el se hace o se dice , que es una forma de no hacer, ni decir nada. Vengamos o no del mono, que eso nunca se sabe, a pesar de los trabajos de Atapuerta, lo cierto es que los simios se limitan a repetir lo que ven, mientras el hombre tiene que decidir sobre lo que está por ver. Hay algo, que nos sitúa al margen de los supuestos homínidos y antropoides, la responsabilidad, la capacidad de decidir, la posibilidad de no dejarse atrapar por el pasado y la necesidad de tener que afrontar el porvenir. Cada cual es responsable de su vida en la de todos y frente a todos.

*Licenciado en Filosofía