TJtaime Mayor Oreja creyó que iba a ser lendakari del Gobierno vasco. Apostó fuerte desde el Ministerio de Interior en donde era una pieza fundamental del gobierno de José María Aznar . Muchos, fuera del PP, creyeron que la opción de Mayor Oreja era la solución al problema vasco y que conseguiría ganar las elecciones. No fue así. Sin duda entró en un profundo proceso personal de deconstrucción política. Jaime Mayor Oreja acaba de cometer la más grave equivocación de su carrera política en la entrevista publicada por la Voz de Galicia en la que ha reivindicado el franquismo basándose en su creencia de que en España había muchos franquistas, lo que hacía de la dictadura algo respetable y apacible . Su posición tiene muy difícil vuelta atrás porque revela una concepción de la democracia ciertamente utilitarista. No vale más que en cuanto sea aceptada universalmente. Si una dictadura tiene apoyos populares no habría que condenarla según esta particular manera de ver las cosas.

El corolario de la comprobación sobre la salud democrática de algunos destacados miembros del PP es que en España los franquistas encubiertos han reunido valor para declarar su condición. Hace unos años era absolutamente impensable que un político conservador español que no fuera ultraderechista se atreviera a reivindicar la legitimidad del franquismo. Y esto es una mala noticia porque se ha roto el consenso que condenaba al ostracismo a la dictadura del general Franco , eso sí, sin realizar demasiados aspavientos en esa condena.

Sin quitar un ápice de responsabilidad política y sin querer amortizar la responsabilidad de Jaime Mayor Oreja, no es buena noticia que empiecen a aflorar voces reivindicando supuestas bondades el franquismo. Ante la barbaridad que ha cometido Jaime Mayor Oreja convendría que se respondiese con serenidad para no envidar sobre otros neofranquistas para que se atrevan a declararlo.