Las recientes palabras del obispo de Solsona vinculando la homosexualidad a una carencia de la figura paterna; la rebelión de unos alumnos de Lleida contra el profesor que había calificado a los homosexuales de «antinaturales», o el caso de Jesús Tomillero, el árbitro de fútbol que ha recibido amenazas por su condición sexual, nos informan de que en este país, pese a los notables avances de las últimas décadas, aún existe -larvado o visible- un rechazo homófobo contra el que se debe luchar sin desmayo. En las próximas semanas se llevarán a cabo reivindicaciones diversas para sensibilizar a la sociedad y para reclamar tanto una legislación igualitaria y en defensa de los derechos del colectivo LGTBI a nivel estatal. Asimismo, en las Pride Parades, que se llevarán a cabo en conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGTBI, se pondrá énfasis en la situación del colectivo en el planeta. Casi un 40% de la población mundial vive en países donde la libertad sexual está prohibida. Bajo el lema Por los derechos LGTBI en todo el mundo, el desfile de Madrid será un referente ineludible, conjunción entre fiesta y radicalidad en defensa de la dignidad humana.

Las banderas del arcoíris volverán a agitarse con fuerza en las próximas semanas. De Sidney a Los Ángeles pasando por Ámsterdam, Berlín, Londres, París, Madrid o Barcelona, numerosas ciudades del mundo celebrarán el Pride en torno al 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGTBI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales). Una celebración festiva y reivindicativa para mostrar que la diversidad sexual y de género no es una amenaza para nadie, todo lo contrario.

En Madrid, la capital mundial LGBTI este año, la manifestación del sábado 1 de julio se anuncia como la más grande del planeta y los organizadores confían en reunir a tres millones de personas antes de pasarle el testigo a Nueva York. El siguiente 8 de julio la manifestación recorrerá el Paralelo de Barcelona.

El lema de este año también se ha hecho internacional: ‘Por los derechos LGTBI en todo el mundo’. Porque es verdad que en España hemos alcanzado unos niveles de igualdad bastante notables, pero no podemos olvidar que hay países donde por ser homosexual, bisexual o transexual pueden condenarte a muerte. E incluso donde no existe persecución legal hay persecución social y siguen actuando escuadrones de la muerte que persiguen.