La noticia del paro de ayer, si bien se esperaba porque el mes de enero es tradicionalmente destructor de empleo, no fue la única mala en el campo de la economía extremeña: el consejero de Hacienda, Angel Franco, informó de que la Administración autonómica había cerrado el 2009 con 400 millones de déficit.

Las previsiones iniciales han quedado hechas añicos: la Junta esperaba que el 31 de diciembre último el déficit regional se situara en el 1% del PIB y, sin embargo, ha llegado al 2,5%. Ese porcentaje es el que representan los citados 400 millones de euros.

Las perspectivas no atisban mejores condiciones para el 2010. Al contrario: el Gobierno había previsto que el déficit de las comunidades autónomas no superara el 2% del PIB en el 2009, y que se llegara al 2,5% este año. Extremadura ha superado ya lo previsto por la Administración central para el ejercicio pasado y para el presente. Según estos datos, el Ejecutivo autonómico, en teoría, no podría pedir ningún crédito para hacer su política. La Junta, en sus Presupuestos, contempla pedirlos, con lo que ya adelanta que esos 400 millones serán 500 al final de año. Un callejón sin salida.