Has sido una delincuente. Sí, has sido una delincuente por codearte con delincuentes. Por tomarte un bocata con Marcel (delincuente camerunés) en Madrid cuando él vagabundeaba en la calle sin permiso . Por las tardes de charlas, paseos y cafés en Melilla con Sidibe y otros malhechores que cruzaron Africa a base de mordidas y palos de los tipos uniformados. Por colar a Henri en tu casa una noche de perros recién había saltado la valla...

Y te hubiera podido caer un multazo, porque habrías violado la ley, si se aprueba el artículo 53 c) del Anteproyecto de modificación de la Ley de Extranjería, que sanciona como falta muy grave con la multa de 501 a 30.000 euros "a quien promueva la permanencia irregular en España de un extranjero".

Pero no eres tú la que te buscarás más problemas por tener éste u otro amigo, sino quienes, desde el compromiso, el altruismo y el desinterés, se dedican a acoger a los sin papeles , a los inmigrantes que llegan en peor situación.

Por un lado, desde Educación para la Ciudadanía se inculcan principios básicos de derechos humanos, respeto, solidaridad, etcétera. Por otro, si llega un grupo de gente que los acoge y ayuda a que tengan una vida digna, ¡zas!, delincuentes. Anomalías de esta sociedad.

Algunos (profesores, juristas, religiosos...) ya están hartos y han elaborado el Manifiesto Salvemos la hospitalidad . "Con el pretexto de proteger a los extranjeros sin papeles frente al abuso y las mafias, se incrementa exponencialmente su vulnerabilidad y se les priva de toda suerte de apoyo social solidario. Esta reforma legal tiene una enorme trascendencia ético-política: crea una norma que convierte en ilegal un principio-valor tan estructuralmente necesario en un Estado como es la solidaridad", reza.

"Ello pone en automática situación de ilicitud a miles de personas que acompañan, hospedan en sus casas y apoyan a personas sin papeles. De este modo, ONG, Congregaciones religiosas y ciudadanos, que vienen ejerciendo el deber de acogida y la solidaridad para con las personas inmigrantes en situación de irregularidad administrativa, verían perseguida su actuación".

Y exponen. "El principio de solidaridad para con los más desheredados del mundo es un elemento ético de legitimación en una sociedad que se denomina democrática... El Estado español pierde toda legitimidad ético-jurídica cuando legisla contra el contenido esencial de los Derechos Humanos, despoja de todo tipo de ayuda material a las personas en situación irregular y pretende intimidar con graves sanciones a quienes ejerzan la hospitalidad y el cuidado del otro".

Y proponen al Gobierno "como auténtico mínimo ético, que modifique el Anteproyecto en el sentido de incorporar al texto normativo la necesidad de "ánimo de lucro" en el infractor para que pueda ser sancionable". Pues eso.

PD.: Encontrarán el manifiesto Salvemos la hospitalidad (firmado por Juan Carlos Ríos y compañía) en diversas páginas de la web.