Por fin ciudadanos europeos se están enfrentando de cara a una realidad que para nada se corresponde con la realidad que muchos desean, al grito de "esta no es la sociedad que queremos" los ciudadanos franceses, que ya en otras ocasiones han cambiado el rumbo de la historia, nos están dando una lección de defensa de los derechos que tanto ha costado conseguir y de los que ahora la avaricia de los mercados financieros quieren exprimir todo lo que puedan o se les deje.

Derechos ciudadanos y mercados financieros y entre medias unos gobiernos de derechas, de izquierdas o de no se sabe qué y que son los que tendrán que decidir si están por lo primero o por lo segundo, unos gobiernos que tendrán que decidir si dejan que los dineros sigan en el limbo de los economistas, en el mundo virtual de las finanzas o simplemente emparedado en alguna mansión de lujo de no se sabe dónde (o sí), o si lo rescatan y lo bajan a nivel de suelo, a la economía real del ciudadano. Los derechos son los derechos y algunos han costado sudor y sangre, por ello los ciudadanos franceses que estos días luchan por sus derechos luchan por los de todos, y son un ejemplo de que la gente no es un simple número. La decisión es sencilla: ¿democracia ciudadana o democracia especulativa?, ¿democracia de derechos e integración o democracia prohibitiva de unos pocos?, ¿la Europa de los ciudadanos o la Europa de los mercaderes?, ¿se quiere seguir dudando y tropezando por enésima vez en la misma piedra o de una vez por todas se comienza a construir ese otro mundo que se sabe posible y que no está en otra galaxia? Lo decía Don Quijote: Cuan tozudo eres Sancho, ¿acaso los ojos de tu cara juegan a confundir tu mente y no te permite ver que aquello que crees molinos de los que recoges harina para tu pan son en realidad gigantes financieros que devoran cuanto encuentran a su paso?, ¿acaso es necesario un cataclismo para que el señor gobernador se dé cuenta de ello?

Javier Puerto Rodríguez **

Acebo