Leo un artículo de Ana Saez, la cual ofrece unos datos estremecedores, si el planeta produce alimentos para 12.000 millones de personas, según la ONU, el doble de la población actual, cómo es posible que en el mundo existan 950 millones de personas, gravemente desnutridas, muriendo 100.000 personas diariamente.

En la última reunión de los dirigentes de países ricos G-8 prometieron la aportación de cantidades, para intentar erradicar el hambre, sin que hasta la fecha se tengan noticias de ninguna gestión al respecto, pero los muertos siguen y los 20.000 millones prometidos se quedaron para la próxima fotografía juntos.

Pero la verdadera injusticia, en el reparto de la riqueza del mundo, es cuando te enteras que en una cena del G-20 en París como puestas de 5 platos (parece ser que los comensales se lo merecían) que con el importe podrían haber comido en un país pobre 100.000 personas durante seis meses.

A veces me pregunto si un niño que muere de hambre es asesinado, qué responsabilidad tenemos, es un crimen o es que no tienen derechos humanos.

Señores dirigentes del mundo, no prometan lo que no vayan a cumplir.

Bueno, algunos están justificados, porque con las juergas particulares que se montan algunos, otros con incluir los gastos particulares debidamente inflados con cargo al erario público, pero nada amigos sigan así porque en las fotos salen muy favorecidos.

Antonio Gómez Simón **

Cáceres