XExl Congreso ha aprobado la ley del matrimonio homosexual y de adopción y de nada han servido las firmas en contra de tres millones de ciudadanos, las opiniones del Consejo General del Poder Judicial, del Consejo de Estado y de otras instituciones. El presidente Zapatero parece --ya veremos-- que se avendrá a recibir al Foro de la Familia, que llevó a la calle a un millón de ciudadanos, pero no lo ha querido hacer antes de la aprobación definitiva de la ley, para no molestar al colectivo gay. Todo un detalle.

No hay, prácticamente, una sola voz que se oponga a que se regulen todos los derechos de convivencia de las parejas homosexuales para evitar injusticias.

No hay una sociedad más abierta y tolerante con la homosexualidad que la española, a pesar de que socialmente no es neutra ni inofensiva. Muchos seguimos defendiendo que la regulación de esos derechos no debe pasar por el matrimonio, y mucho menos por la adopción, y sí por otra fórmula. ¿Importan las palabras? Sobre ellas se ha construido la convivencia, y la perversión del lenguaje provoca la desvalorización de lo que significan. Ni matrimonio --con el añadido del divorcio exprés-- ni familia serán ya en España lo que eran en su esencia durante siglos. ¿Combatir la desigualdad? ¿Hasta dónde? ¿Equipos mixtos, por ejemplo, para acabar con el machismo y la discriminación del fútbol? Podemos acabar en el absurdo.

Derechos, todos los que correspondan. Pero, ¿orgullo, de qué? ¿Tendremos que tener también un Día del Orgullo Heterosexual, un Día de la Castidad Voluntaria, un Día de la Poligamia, un Día del No Orgullo? La imposición y el exhibicionismo de los derechos de la marginalidad sobre los de la mayoría es un grave error social.

España es uno de los países que menos protege a la familia y, por el contrario, una de las cuatro naciones del mundo que adopta el matrimonio homosexual, y casi el único que permite la adopción por estos colectivos, sin tener en cuenta lo primordial, los derechos del niño. Aquí se ha machacado a un catedrático por haber hecho una afirmación inconveniente e inadecuada, pero se alaba que personas como el líder gay Pedro Zerolo descalifiquen a políticos serios como Francisco Vázquez , por oponerse a sus ideas.

El poderoso lobby gay , presente en todas las esferas, impone sus mensajes desde la televisión al Parlamento. Los mismos que hace poco se oponían a cualquier forma de matrimonio, una institución anticuada, presionan hoy para casarse...

España es uno de los países que menos protege a la familia y, por el contrario, una de los cuatro en el mundo que adopta el matrimonio homosexual, y casi el único que permite la adopción, sin tener en cuenta lo primordial, los derechos del niño