Cáceres verá reducido a escombros los restos que aún permanecen de su primer teatro, que data de principios del XIX, en la plaza de las Canterías. Inaugurado en 1802, tuvo una etapa de apogeo que concluiría en el primer cuarto del siglo pasado. Desde este momento, este solar se parcelaría y a mediados de los 90 se determinó suprimir cualquier protección urbanística que pudiera evitar su total desaparición.

La historia del Teatro Principal es un ejemplo más de la escasa sensibilidad que se ha mostrado en ocasiones por la conservación de los elementos arquitectónicos del Cáceres neoclásico y modernista de finales del milenio. El derrumbe de los posibles restos de este centro histórico permitirá levantar un edificio de viviendas y garajes que, de alguna manera, harán olvidar el pasado más reciente de una ciudad que hoy se vanagloria de tener uno de los conjuntos arquitectónicos más relevantes, lo que le ha valido la declaración de ciudad patrimonio de la humanidad. La memoria del Teatro Principal bien merece, al menos, una valoración técnica para saber qué es lo que realmente queda de este enclave y, si aún permanece algo de su antigua monumentalidad, estudiar la posibilidad de recuperar lo que el tiempo ha dejado en el olvido.