TLtos acontecimientos de los últimos días en torno al proceso de paz con ETA parecen haber hecho añicos algunas esperanzas entre la ciudadanía de este país que, no sé por qué razón y con qué argumentos, pensaban que esto de la negociación, diálogo, acercamiento... o como quiera que se llame con la banda, iba a ser un camino de rosas y que todo estaba previamente pactado.

En estos momentos es posible que se esté manifestando una fugaz escisión dentro de la banda terrorista, por otra parte lógica y comprensible, conociendo las diferentes corrientes, maneras y formas de operar de esta organización terrorista y de su metodología y formas de hacer las cosas. Es algo con lo que todos de alguna manera contábamos y que no ha de enturbiar el objetivo que nos ilusiona y nos alienta hasta llegar al final. La cuestión es poder determinar el alcance y magnitud de estas desavenencias, si realmente son fugaces o representan una mayoría dentro de la organización. Algo sobre lo que, a buen seguro, se trabajará ya de manera intensa por quienes tienen la potestad y la ardua tarea de verificarlo.

Por tanto, se ha de tener muy presente en todo momento las posibles crisis, intencionadas o no, que forman parte de cualquier negociación y que no son sino indicativos de que los argumentos e itinerarios elegidos no son los adecuados. Zapatero como buen negociador ha de rectificar si es necesario, mantenerse firme en el propósito y no precipitarse en las decisiones. Hasta ahora todo lo sucedido está dentro de lo previsible, incluido el desmarque radical del principal partido de la oposición y de quienes aún dudan de la buena voluntad y el atrevimiento del Gobierno. http://felipesanchez.bitácoras.com