En los próximos días se publicará, por fin, la resolución de la convocatoria para Ayudas de Investigación Postdoctoral en Centros Extranjeros del Ministerio de Ciencia e Innovación, encuadrada en el marco del Plan Nacional I+D+I. Terminará así un proceso que evidencia el pobre lugar que ocupa la investigación en este país.

Pese a que se trata de la única fuente de financiación estatal de investigaciones postdoctorales en el extranjero, el ministerio anunció que la convocatoria correspondiente a 2007 se publicaría "en el primer trimestre del año 2008". La convocatoria, sin embargo, no se hizo pública hasta mayo del 2008, es decir, 17 meses después de la anterior publicada en diciembre de 2006. Los problemas se acumularon además para los solicitantes al concederles el ministerio únicamente 15 días de plazo para presentar sus solicitudes, pese a que la búsqueda del centro de acogida, la preparación y redacción del proyecto y la obtención de las necesarias cartas de aceptación supone un largo proceso. En este caso se añadió además un trámite adicional: los solicitantes tuvieron que contactar con un centro español dispuesto a hacerse cargo de la gestión de su contrato.

Pero aún hay más: el flamante Ministerio de Ciencia e Innovación volvió a acumular un retraso. Las solicitudes tardaron casi medio año en ser enviadas al órgano evaluador, la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP). La subsanación de documentos fue, además, abierta en pleno mes de agosto, lo que hizo que muchos solicitantes se vieran excluidos del proceso al no poder reunir la documentación requerida de sus centros de acogida. Los empleados de la ANEP se vieron obligados a evaluar en un tiempo récord, y a causa del escaso margen que les dio el ministerio concluyeron sus trabajos la semana pasada, casi un mes después de la fecha en la que deberían haber comenzado las estancias: el 1 de octubre. Este nuevo retraso ha obligado a los candidatos a pedir disculpas a los centros y grupos de investigación que, en muchos casos, habían tramitado credenciales, visados, alojamiento, o espacios de trabajo para los solicitantes. Una bochornosa situación que daña enormemente la imagen de la ciencia española.

Mientras tanto, alrededor de mil jóvenes investigadores viven en el aire sin saber si finalmente lograrán su ayuda postdoctoral. Incluso, por decisión ministerial todos los que obtuvieron contratos en centros extranjeros durante el largo tiempo de espera, verán descontados de sus ayudas los meses que hayan estado contratados. Sin duda, todo un aliciente para fomentar la movilidad en la investigación española.

Cecilia Galindo y 59 firmas más **

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Presidenta de la Federaciónde Jóvenes Investigadores FJI-Precarios