WAw muy pocos días de que el presidente Zapatero comunique al Congreso que se dispone a ponerse en contacto con ETA, el líder del PP, Mariano Rajoy , mantiene intacta su desconfianza hacia el camino emprendido por el Gobierno, según se desprende de la entrevista que publicamos hoy. Rajoy antepone la vigencia del pacto antiterrorista y la ley de partidos, en virtud de la cual Batasuna es ilegal, a las condiciones que se dan para el final definitivo del terrorismo --tres años sin atentados mortales-- y la debilidad manifiesta de ETA. Algunas decisiones adoptadas por el Gobierno, sin haber puesto en antecedentes al PP, han contribuido a alimentar esta desconfianza. Es indudable que la iniciativa en todo el proceso tiene que llevarla el Ejecutivo, pero este debe tener informado al primer partido de la oposición, lo que acaso no haya hecho en varias ocasiones en que debió. Pero, a la recíproca, Rajoy ha de poner a prueba su condición de hombre de Estado prestando apoyo al Gobierno, tal como hizo el PSOE con el PP en el pasado, y dar a Zapatero un margen de tiempo suficiente antes de pedirle cuentas. Para sacar adelante un asunto tan complejo, delicado y lleno de riesgos, es indispensable que se imponga este clima.