THtay unas cuantas cosas que no van bien en España, pero entre los problemas que conviene resolver con más urgencia está la falta de entendimiento entre la CEOE y los sindicatos. Aunque el asunto lleva coleando desde hace meses --con disquisiciones sobre capítulos tan alejados de la coyuntura inmediata como el despido libre--, en estos momentos la cuestión se plantea en términos muy concretos: los sindicatos quieren que se apliquen a rajatabla las cláusulas de subida salarial para el año entrante acordadas en los convenios de duración bienal firmados en el 2008. Ello supone aumentos de 1 y 2 puntos por encima de la inflación. La CEOE se niega. Y puede que eso provoque lo que el secretario general de CCOO ha denominado "movilizaciones sociales".

Habría argumentos para sostener una y otra postura. Pero, como en cualquier otra negociación, ese debate es menos importante que el análisis de la fuerza política con que ambas partes cuentan para imponer los suyos. Y aquí entra el Gobierno. Porque el Ejecutivo de Zapatero parece estar claramente inclinado a favor de los sindicatos. No estrictamente en este contencioso --la renovación de los convenios--, sobre el que aún no se ha pronunciado, pero sí en cuanto actitud general. Y eso, en este momento económico, no es bueno, aunque satisfaga a la izquierda.

No tiene mucho sentido que en una economía capitalista que sufre una tremenda crisis el Gobierno se enfrente del modo en que lo está haciendo a la cúpula de la única organización patronal existente. Mucho menos que intente desde fuera presionar para que la CEOE misma sustituya a esos dirigentes por otros, que, según algunos, es lo que pretende la Moncloa.

Si continúa la dinámica de estos días --con las denuncias de Salgado en torno a las indemnizaciones de la CEOE a sus altos cargos como punto álgido--, podría llegarse a un desaguisado fenomenal. Porque, como advertía Angel Laborda , uno de los más respetados analistas de la coyuntura económica, "en este momento el problema no son los empresarios ni los trabajadores, sino las empresas". Cuya situación es muy mala, en general.