TMte metieron un fin de semana de arresto por hablar en un desfile. Antes en los desfiles no se hablaba, se aplaudía lo del Ardor guerrero y se emocionaba uno cuando hablaba el coronel.

Ahora llegan y se ponen a hablar y se señalan con el dedo. ¡Vaya espectáculo! ¿Ese es el patriotismo que improntó Trillo ? Mucha banderita en los cinturones y en los cuellos de los polos y delante del Rey, de doña Letizia y de la Acorazada Brunete, se ponen a hablar y a discutir. ¡Y eso que desfilaba uno de la División Azul y todo! "Con lo mono que estabas calladito" le dijo Esperanza a Alberto y se abrió la caja de los truenos. Y luego, en la recepción, más.

Su Majestad el Rey ya tuvo que asistir cuando la boda del Príncipe al espectáculo bochornoso de dos herederos italianos dándose de leches por un quítame allá esas coronas. Y ahora esto.

Esperanza y Alberto chillándose entre canapé y canapé, junto a Ana Diosdado y Giménez Rico , junto a esos actores rojazos que mañana son capaces de montar otra obra como la de la boda de Anita y Alejandro y ganarse otro Max. Reconozco que lo del Desfile de las Fuerzas Armadas dejó de atraerme hace años. Salvo la cabra de la Legión, el resto era siempre igual, carente de emoción y narrado por un locutor aburrido.

Pero ahora no, ahora estoy deseando que llegue el 12 de Octubre para coger un paquete de palomitas y plantarme ante el televisor para ver el desfile. Que si desfila la bandera de Estados Unidos, que si viene un capellán castrense australiano, que si ahora desfila uno de la División Azul, que si discuten en las gradas, que si no está Ibarretxe, que si Maragall llega... Emoción a tope, más que en un partido de la Selección Nacional de Luis Aragonés .

*Dramaturgo y director del Consorcio

López de Ayala