La Reserva Federal de EEUU acude en ayuda del sistema financiero/hipotecario y de la gran aseguradora AIG de su país. El Banco Central Europeo hace lo propio con el del viejo continente. El presidente de España, Rodríguez Zapatero anuncia en el Congreso un plan para salvar el sector de la construcción/inmobiliario. El presidente de Extremadura ha hecho lo propio para ayudar al de esta región a sortear la crisis. Todo me parece bien si así se consiguen salvar algunos cientos de puestos de trabajo, aunque de rebote se consiga el efecto secundario de mantener también a banqueros/constructores/promotores que durante años han obtenido pingües beneficios. Política social para las pérdidas, que no para las ganancias. Bueno está.

Pero ningun Gobierno ha planteado nada, por lo menos yo no lo he escuchado ni leído, que se haya plasmado en ninguno de esos planes respecto a los casos de ciudadanos particulares que compramos una vivienda nueva confiando en vender la antigua para poder pagarla, pero que no se vende ni aún bajando considerablemente el precio. Y los plazos que dan los bancos para este tipo de operaciones de cambio de casa corren y la situación se vuelve insostenible. Aquí no ha habido especulación, ni burbuja ni pingües beneficios, tan sólo que se ha hecho de toda la vida, vender y comprar por necesidad familiar o para mejorar. En este caso estamos multitud de familias medias que también iremos a la quiebra sin ser noticia en primera página.

Los técnicos podrían dar salidas, pero a mí ya se me ocurren algunas paliativas: prórroga de las condiciones del préstamo hipotecario y de las desgravaciones fiscales por vivienda principal. Hasta que pase la tormenta algo es algo.

Pura Caballero **

Mérida